Opinión | Nueva sociedad, nueva política

Europa, España, Extremadura

Elecciones europeas: más derecha y más populismo

Ursula Von der Leyen.

Ursula Von der Leyen.

Quienes llevamos analizando concienzudamente la desaparición de la izquierda casi tres lustros no nos sorprendimos el 9-J. También era previsible la baja participación en España (49%), seis puntos menos que el promedio desde 1987 (54%).

En Europa, la hegemonía liberal-conservadora se refuerza aún más con el crecimiento de partidos a la derecha y populistas. Cuando escribo esto, apenas una hora tras los primeros resultados oficiales, han caído ya los presidentes de Francia y Bélgica, y probablemente lo hará pronto el líder socialdemócrata alemán. Un terremoto en el corazón de la UE.

En España, a pesar del gran descenso de participación, las formaciones conservadoras mantienen el 99% de sus votos tomadas en conjunto, mientras que las autodenominadas izquierdas pierden el 31%. El PSOE se ha dejado más de dos millones de votos, de los siete que tenía en 2019, logrando Sánchez otro de sus récords: el peor resultado histórico del PSOE en las europeas, excepción hecha del desastre de 2014, cuando irrumpió Podemos. Los morados y Yolanda Díaz, sumados, se quedan en el 61% de los votos que tuvieron solo los de Iglesias en 2019. Además de la pugna PP-PSOE, que gana Feijóo, toda la derecha obtuvo más de un 49% sobre el 38% de la ex izquierda. De hecho, lo más llamativo de estas elecciones es que no hay transferencia de votos intrabloque, sino un estrechamiento por el lado izquierdo y un ensanchamiento por el derecho.

Para que nos hagamos una idea del descalabro socialista extremeño, baste decir que, a pesar de la bajísima participación —menor que en el resto de España— el PP ha crecido más de 15.000 votos, mientras el PSOE ha perdido más de 127.000, prácticamente la mitad

En Extremadura, los resultados del PP tienen un plus de más de siete puntos sobre el resultado nacional, y le saca al PSOE un punto más que en el resto del país. Para que nos hagamos una idea del descalabro socialista extremeño, baste decir que, a pesar de la bajísima participación —menor que en el resto de España— el PP ha crecido más de 15.000 votos, mientras el PSOE ha perdido más de 127.000, prácticamente la mitad. De hecho, la suma de PP, Vox, Se acabó la fiesta y Ciudadanos alcanza nada menos que el 55,35% de los votos. Estos datos no son sino el resultado de años de engaños, simulaciones, decepciones y trabajo en provecho propio. En Europa, en España y en Extremadura. De la que se llama izquierda sin hacer políticas de izquierda, la que se reclama demócrata purgando disidencia e imponiendo pensamiento único para repartirse el pastel del dinero público. Desde Bruselas a Mérida pasando por Madrid. El resultado es que todo el mundo ve lo obvio: hay más vida, más debate, más impulso y más energía en la derecha. Dicho llanamente: algo de derecha hay, nada de izquierda. Y no se puede votar lo que no existe. Además de ser las elecciones de la profundización del pozo izquierdista, han sido también las del crecimiento del populismo y del euroescepticismo. Todo es producto de lo mismo: el gobierno de las élites para las élites, con sueldos políticos millonarios mientras no deja de crecer la pobreza, la inflación, la inseguridad y la desesperanza. La democracia liberal occidental cedió el domingo otro metro de terreno.

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