Opinión

Ratios y ovejas

Perjudicar lo público en favor de lo concertado es un ataque a la democracia

Niños en un aula infantil

Niños en un aula infantil

Hace pocos días la prensa española se hacía eco de una noticia que trataba sobre un pequeño colegio francés, de una localidad igualmente pequeña, donde 4 ovejas fueron matriculadas para evitar que la inspección cerrara un aula del centro educativo y seguir manteniendo, de esta manera, las 5 de las que disponían hasta ese momento.

La cosa es que necesitaban 98 alumnos para mantener el centro con todas sus aulas abiertas y tenían solo 94, por lo que pensaron en las ovejas. Una de las madres apuntaba, en defensa del centro, que la inspección contaba los niños como ovejas. Por tanto, la medida tenía su justificación.

Total, que un granjero local cedió a 4 de sus queridas ovejas (que tienen nombre y apellidos y dirección postal) al centro para evitar el cierre del aula. De hecho, las ovejas convivieron con los alumnos, para regocijo de estos y de aquellas, varias horas: ¡Qué menos, salvaron al centro del cierre inminente de una de sus aulas!

Las ovejas han vuelto a su granja pero siguen matriculadas en el colegio. Veremos si el inspector francés que se encargue del asunto, cuando vaya al centro a inspeccionarlo, cuenta a los niños como ovejas, porque si es así los animalitos pasarán desapercibidos.

Nos encontramos aulas en centros públicos con 12 alumnos que ya tienen encima la orden de desahucio, mientras aulas de centros concertados se autorizan con 5 alumnos (e, incluso, menos) si es necesario, y aquí paz y después gloria.

En Extremadura, la Administración Educativa tiene otra forma peculiar de contar a los alumnos para vigilar la ratio y proceder a supresiones. Si la escuela es pública, mano dura; si la escuela es privada-concertada, vista gorda. Y lo llevan a raja tabla. Nos encontramos aulas en centros públicos con 12 alumnos que ya tienen encima la orden de desahucio, mientras aulas de centros concertados se autorizan con 5 alumnos (e, incluso, menos) si es necesario, y aquí paz y después gloria.

¿Por qué procede así la Administración educativa extremeña? ¿Están compitiendo con la Administración educativa francesa, a ver quién perjudica más a La Pública? ¿Podríamos decir que en Francia las ovejas hacen más por la escuela pública que su propia Administración educativa? ¿Podemos decir que en Extremadura la Administración educativa de tanto hacer la vista gorda está empezando a ver ovejas?

Sea como fuere, lo que es realmente obsceno no es solo la doble vara de medir a la hora de suprimir unidades, sino también la constatación, cada vez más clara, de que todo parece formar parte de un plan elaborado para supeditar lo público a lo privado-concertado, para proteger los conciertos a toda costa aunque no hagan falta, mientras muchos centros públicos agonizan. Perjudicar lo público en favor de lo concertado es un ataque a la democracia que nos ampara. Los servicios públicos, todos, forman un conjunto que cualquier gobierno democrático tiene la obligación de proteger, y de no hacerlo estaría deslegitimado para seguir gobernando.

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