El adiós del 'profe de gimnasia' de Mérida: 35 años dando clase y 10.000 alumnos

A José Manuel Serván Fernández le cuesta bastante contener la emoción que supone decir adiós a 35 años en la enseñanza y un buen puñados de ellos como profesor de Educación Física en el Instituto Santa Eulalia de Mérida. En septiembre colgará las botas y comenzará una nueva etapa vital en su vida: la de la jubilación. Atrás quedarán más de tres décadas de trabajo en diferentes centros educativos de la provincia de Badajoz (Montijo, La Zarza, Castuera y Mérida). «Ver la cara de ilusión de antiguos alumnos que me saludan por la calle» supone para este docente «una de las cosas más maravillosas que existen en el mundo. Le he dado clase a más de 10.000 estudiantes a lo largo de mi vida», indica Serván con una sonrisa a El Periódico Extremadura. También fue entrenador de natación y de karate en la capital regional.

El ‘profe’ de los gatos bengalíes de Mérida

José Manuel (siempre con su chandal) abandonará el pabellón polideportivo dejando tras de sí numerosas simpatías. «Para nosotros es un ejemplo a seguir, lleva muchos años en el instituto, nos da pena que se vaya, es un profesor muy completo», resalta un grupo de escolares. Se va con la esperanza de que sus alumnos hayan salido de su clase mejor de lo que entraron. «Lo más importante es haber transmitido que en la vida es muy importante aprender para luego enseñar. El docente debe sacar lo mejor de sus alumnos. La asignatura de Educación Física es clave para el desarrollo armónico de cualquier chaval y para su salud», apunta. «Me da un poco de lástima, porque ha sido mucho tiempo», reconoce el docente con un suspiro.

¿Los niños practican más o menos deporte que antes? «La oferta deportiva es bastante mayor que hace 35 años, por ejemplo. Se ha diversificado mucho y en ese sentido como hay más opciones sí se realiza más ejercicio. En lo que se refiere a la educación física de base, al juego de calle de toda la vida que se hacía hace años, eso se ha perdido un poco por desgracia», subraya mientras coge un balón de rugby del almacén de los materiales. Ahora al 'profesor de gimnasia' de los 10.000 estudiantes le toca cambiar de cancha. 

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