Escuela de Música de Alto Rendimiento

El estudio de arquitectos de los Carbajal hará el macroproyecto de Atrio en Cáceres

La Fundación Atrio da pasos firmes para uno de sus grandes proyectos: la musicología enfocada a los más pequeños. El mismo estudio de arquitectos que lo construyó en 1974 se ocupa ahora de su reforma

Imagen del edificio de la calle Clavellinas, en Cáceres.

Imagen del edificio de la calle Clavellinas, en Cáceres. / Carlos Gil

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

El Estudio de Arquitectura Carbajal redacta en estos días el proyecto de la Sala Clavellinas para hacer de este edificio emblemático de la ciudad una Escuela de Música de Alto Rendimiento. Es una iniciativa ambiciosa que lideran Jose Polo y Toño Pérez y que forma parte de su cuadratura del círculo para convertir a Cáceres en un referente no sólo de la gastronomía (son el alma del relais&chateaux de tres estrellas de San Mateo) sino también de la cultura. Los ya dueños del edificio han decidido encargar la rehabilitación del mismo a los arquitectos que lo construyeron en 1974.

Fue el pasado 28 de diciembre cuando Atrio se hizo con el inmueble del edificio de la calle Clavellinas, propiedad de la diócesis de Coria-Cáceres, un emblema de la ciudad. El edificio fue adquirido por la curia diocesana en los años 90 con el objetivo de albergar el Hogar Sacerdotal, uso que se le dio hasta el año 2017 cuando se reformó el Seminario Diocesano dedicando una parte a esta finalidad. 

Jose Polo y Toño Pérez son los artífices de la Fundación Atrio, una organización sin ánimo de lucro, creada en diciembre de 2022 por los propietarios del relais&chateaux para contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas y comunidades utilizando el arte y la música como instrumento de transformación y cambio. Su empresa gastronómica bajo la firma Atrio se creó en 1986 pero también gestiona el hotel de San Mateo, el Torre de Sande y la Casa Palacio Paredes Saavedra.

Jose Polo y Toño Pérez.

Jose Polo y Toño Pérez. / EL PERIÓDICO

Jose Polo, en declaraciones a este diario, expresó entonces su satisfacción por una operación que tuvo que ser autorizada por la Santa Sede y que se cerró por el mismo precio por el que había salido a la venta: 1.840.000 euros, y que los ya propietarios podrán pagar en un plazo de cuatro años. Se trata de un inmueble que dispone de dos plantas de sótano y garaje y una planta central en la que está el Auditorio que durante tanto tiempo utilizó la antigua Caja Extremadura (destacó su Aula de Cine que por entonces dirigía María José López González). Además, cuenta con otras tres plantas, que se reparten entre salas, una capilla y 30 habitaciones individuales con cuarto de baño. También tiene una terraza.

El de Clavellinas es el resultado de un proyecto diseñado en los años 70 por el arquitecto José Antonio Carbajal, profesor de la Escuela de Sevilla.

Las donaciones

Polo indicó que no han querido dejar pasar la oportunidad de adquirir el Aula Clavellinas, especialmente porque ya dispone de ese auditorio. En este sentido recordó que en un primer momento la idea de la fundación era adaptar como Escuela de Música el edificio de la antigua sede de la Demarcación de Carreteras, ubicada en la plaza de Santa María, y que también es propiedad de Atrio, pero finalmente se descartó porque los trámites administrativos y las obras se hubieran demorado entre cuatro y cinco años. El futuro del edificio de Golfines, 6, aún está por determinar. En ese caso fue una cesión que hizo Atrio a la fundación. Ahora, en Clavellinas, es la propia entidad la que compra el inmueble gracias a las donaciones que viene recibiendo. Es un dinero que proviene de grandes donantes, de instituciones y de personas a título particular, que a veces aportan incluso 5 o 10 euros para contribuir a esta noble causa.

El objetivo de la adquisición es ofrecer formación a los niños, una educación musical que tal como apunta Jose Polo «dicen los neurocientíficos que contribuye al desarrollo del cerebro y que mejora la capacidad de los más pequeños en el campo de las ciencias, las matemáticas o las lenguas». 

Con el humor que le caracteriza, Jose Polo concluyó tras la compra que Clavellinas es un lugar "mu cacereñúo" para referirse a su perfecta ubicación, junto al Gran Teatro, el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, la Galería Kermel, el área de Pizarro y Roso de Luna y el parking de Clara Campoamor. La calle acaba de peatonalizarse y ahora esta compra será, indudablemente, el revulsivo de una zona estratégica donde las haya.

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