La historia de un alumno de la Laboral

Un erasmus desde Cáceres entre goteras y sábanas sucias: "Iba con muchísima ilusión..."

A Rubén Sánchez Custodio le concedieron una beca para trabajar durante un mes en Burdeos. Decidió ir a una casa que le proporcionó la empresa, pero su sueño pronto se convirtió en pesadilla

Rubén Sánchez Custodio, que ya ha regresado a la ciudad tras su periplo en Burdeos.

Rubén Sánchez Custodio, que ya ha regresado a la ciudad tras su periplo en Burdeos. / Carlos Gil

¿Se imaginan tener la gran ilusión de vivir una de tus primeras experiencias laborales en Burdeos, llegar a un alojamiento por el que te han cobrado 1.100 euros y encontrarte una casa prefabricada en medio de la nada, con el baño lleno de pelos y uñas, las sábanas sucias, goteras, una cocina sin menaje y un extractor que expulsa el humo hacia el interior de la vivienda? Esta ha sido la experiencia que, por desgracia, le ha tocado sufrir a Rubén Sánchez Custodio, un joven cacereño que estudia una FP de técnico en obras de interior y rehabilitación en la Universidad Laboral y que había decidido irse al extranjero a probar suerte con una beca Erasmus+. "Nos dieron la oportunidad de buscar un alojamiento por nuestra cuenta, pero vimos que era muy caro, entre 600 y 800 euros al mes. Al final fuimos a una casa que nos proporcionó la empresa que nos había contratado para las prácticas y encima nos costó más de 1.000, algo que no nos dijeron hasta que llegamos allí", relata Sánchez.

Así era la casa prefabricada en la que vivió.

Así era la casa prefabricada en la que vivió. / Carlos Gil

Su padre, Juan, y él han comenzado a investigar cuál es la situación en la que se ha concedido esta ayuda para los estudiantes, pero se quejan porque hay "mucho secretismo": "No sabemos ni quién concede la beca, no tenemos ni un papel sobre el tema. Nos dijeron que iba a haber reuniones, pero no las hemos hecho. He preguntado por un grupo de WhatsApp y me han echado de él. Había un coordinador sobre el terreno y no ha ido ni a comprobar la situación en la que se encontraba esta casa. Estaba claro que era una oportunidad que no podíamos dejar pasar, pero está muy mal organizado", cuentan.

"Mi hijo es un tipo pasota para tener 20 años, eso es cierto. Pero se había pasado dos meses tratando de aprender a realizar las labores domésticas conmigo para vivir esta experiencia, hasta ha aprendido a cocinar. Y esa ilusión al final ha sido en balde. No sé como no investigan esta situación", recalca Juan.

En Burdeos se ha quedado el compañero con el que Rubén se ha ido a hacer las prácticas: "No sé en qué situación se ha quedado, tampoco los motivos. A nosotros nos dijeron que habría que devolver la beca -que no sabemos ni de cuánto dinero es-, pero es que es lo mejor para mi hijo. No podíamos dejarle allí, como si estuviese a la intemperie. Intentamos convencer al otro alumno porque aquello era inhumano, pero no fui capaz", recalca Juan.

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