ENTREVISTA | JOSÉ CORBACHO Humorista

José Corbacho en Plasencia: "No se puede judicializar la comedia y el humor, es un sinsentido"

José Corbacho, durante el monólogo que llevará a Plasencia, Navalmoral y Mérida.

José Corbacho, durante el monólogo que llevará a Plasencia, Navalmoral y Mérida. / AKANE MAYO

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Su padre es de La Zarza y también tiene familia en Badajoz. José Corbacho sabe que, cuando venga a actuar, en Navalmoral de la Mata el 18 de noviembre, en Plasencia el 19 (entradas a la venta en La Descontadora) y en Mérida el 17 de diciembre, no lo hará en tren y no ha dudado en coger el teléfono y llamar directamente a los teatros de Navalmoral y Plasencia para ofrecer su espectáculo, Ante todo mucho calma porque lo tiene claro: "Quiero venir a Extremadura".

¿Por qué hay que tener mucha calma?

Los médicos recomiendan calma y buen humor, así que, en primer lugar, por motivos de salud, que el estrés es una de las grandes enfermedades del siglo XXI. Pero también porque vivimos tiempos crispados, hasta con guerras cercanas y sociedades polarizadas y la calma es una metáfora del equilibrio, de la felicidad. Lo que yo quiero es que la gente pase un rato divertido y que salga del teatro con una sonrisa en la cara.

¿Y cómo le gustaría que entraran al teatro?

Con ganas de pasarlo bien, aunque no es fácil dejar los problemas fuera del teatro. Yo agradezco que vengan, así que, que lo hagan como quieran, yo lo que les puedo garantizar es que se lo van a pasar bien.

¿Cómo surge la idea de este monólogo?

Surge por estar solo en un escenario. Yo he estado muchos años acompañado, cuando actuaba con La Cubana y en televisión, cuando hacía monólogos con Santi Millán, Buenafuente o Berto Romero. Ahora, al estar solo, puedes explicar a la gente lo que se te ocurra, acabas compartiendo miserias y problemas. Es una terapia en público, hablas mal de la familia, vamos a relativizar y a desdramatizar el entorno porque lo primero es reírse de uno mismo y eso se está perdiendo.

¿Los humoristas tienen que tener ahora más cuidado con los chistes que cuentan, nota más presión?

La presión siempre ha estado porque el humor es muy subjetivo y los tiempos cambian y antes te reías de unas cosas y ahora no y no pasa nada. Hay que seguir intentando buscar el chiste y no pensar que la culpa es de la gente. Lo que sucede es que nadie le pone límites a la tragedia, pero sí al humor y lo complicado es unificar a la gente en el humor y la comedia, pero no pasa nada por equivocarte en un chiste, dices que lo sientes y no pasa nada. Ahora bien, cuando se descontextualiza el humor es complicado, pero conozco a muy poca gente que salga del espectáculo para ir a comisaría y la mayoría de las causas se archivan. No se puede judicializar la comedia y el humor, es un sinsentido.

¿Sigue manteniendo relación con Extremadura?

Sí, tengo sangre extremeña. En verano se jubiló mi hermana y organizamos un viaje sorpresa a Extremadura, a ver a Serrat en el teatro de Mérida y allí nos encontramos con una prima. A nivel de actuaciones, vengo poco y no sé por qué, ya tenía ganas de ir.

¿El público de una zona es mejor o peor que el de otra?

No, hay diferencias incluso dentro del teatro porque cada uno es de un padre y de una madre. A mí me gusta pensar que la gente se comporta de una manera u otra en función de lo que ve. Mi socio, José Espada, que es de Mérida, me dice que, si no estás bien, el público lo nota y, si lo das todo, el público entra.

Con tantas cadenas y plataformas como hay ahora, ¿hay más oportunidades de trabajar o menos porque hay más competencia?

Un poco de todo. Hay más oportunidades, aunque hay pocas personas que hagan muchas cosas. Además, se ha democratizado el contenido y, desde las redes sociales, la gente ha tenido su oportunidad y me parece cojonudo. Por eso también hay más competencia y además está peor pagado.

¿Cuál es su secreto para mantenerse?

Por un lado, gracias al riñón que me ha dado mi hermana (risas). En realidad no lo sé, no tengo ni idea. Lo que intento es ser buen profesional y buena persona, ser agradecido y no perder la ilusión. Con tantos años en la profesión, sería muy fácil mecanizar, pero no me da pereza nada. Agradezco mucho a la gente que me ha dado oportunidades y al público, es el sentido de seguir haciendo cosas.

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