Opinión | Espectráculos

Francia en la encrucijada

Manifestacion contra extrema derecha francia

Manifestacion contra extrema derecha francia

El pasado fin de semana, cientos de miles de personas salieron a manifestarse en unas doscientas ciudades de Francia para mostrar su malestar con la posibilidad de que la extrema derecha de Marine Le Pen obtenga la mayoría en las próximas elecciones legislativas, convocadas de sopetón, en un gesto tan sorprendente como irresponsable, por Emmanuel Macron.

A mucha gente le dio cierta envidia esa movilización, pues en España la izquierda siempre ha sido más tímida y timorata, y salvo los militantes, parece que tiende menos que la derecha a expresar sus ideas. Aquí nadie se ha movilizado nunca contra Vox, salvo tras las elecciones andaluzas de 2018, cuando hubo concentraciones de jóvenes en Sevilla o Granada para protestar contra ese partido, jóvenes que en muchos casos no habían ido a votar pues pensaban que, como de costumbre, ganaría el PSOE con mayoría absoluta. Cómo ha cambiado la cosa… Aquí en España, en lugar de protestas como las que hay en Francia, o hubo en Alemania, contra la extrema derecha, lo que hay es concentraciones contra el gobierno, alentadas por el PP, con cualquier pretexto.

Seguramente más influyente que esas manifestaciones hayan sido las declaraciones de Mbappé, que como otros jugadores de la selección francesa, se pronunció contra un gobierno ultraderechista, deseando que, tras las elecciones, pueda seguir sintiéndose orgulloso de su camiseta y su bandera

Seguramente más influyente que esas manifestaciones hayan sido las declaraciones de Mbappé, que como otros jugadores de la selección francesa, se pronunció contra un gobierno ultraderechista, deseando que, tras las elecciones, pueda seguir sintiéndose orgulloso de su camiseta y su bandera. En su caso le sobran razones para no querer que se cambie el modelo de una sociedad en la que, como hijo de una argelina y un camerunés, ha llegado a lo más alto.

Las encuestas dicen que Le Pen marcha en cabeza y, tras el vodevil de la derecha moderada y el caos entre los macronistas, la esperanza (así, L’Espoir, se llamó la mejor novela de André Malraux, sobre la guerra civil española y donde aparecen Medellín y otros lugares de Extremadura) solo está en la unión de las izquierdas, que aunque dé mucho poder a un político algo conflictivo como Jean-Luc Mélenchon (por cierto de origen español: su abuelo Antonio Melenchón era de Mula, Murcia) tiene también a un Partido Socialista con la estrella ascendente de Raphaël Glucksmann que, frente a tanta trayectoria de izquierda a derecha, ha seguido el camino opuesto: de joven conservador, llegó al convencimiento del abismo al que nos llevan las políticas neoliberales y optó por la socialdemocracia.n

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