Opinión | Zona Zero

La ‘juventud acumulada’ de los empresarios

El programa de mentoring de la UEx ha finalizado su primera edición con excelentes sensaciones entre empresarios y egresados de la universidad

Foto de familia con mentores, 'mentees' y autoridades universitarias en la última jornada del primer Mentoring UEX.

Foto de familia con mentores, 'mentees' y autoridades universitarias en la última jornada del primer Mentoring UEX. / Juan José Ventura

No sé muy bien a quién atribuir la frase «la vejez es juventud acumulada». Sea como fuere es una verdad como un templo a la que no solemos hacer mucho caso. La semana pasada en la clausura del primer programa de mentoring de la UEx, el empresario Jorge Gruart invocaba el aforismo para sintetizar lo mucho que la veteranía puede servir para orientar a las nuevas generaciones de emprendedores. Él tuvo que hacerse cargo de una empresa muy joven y lo hubiera dado todo en aquellos momentos por tener alguien que lo orientara. Afortunadamente, el Consejo Social de la Universidad de Extremadura ha tenido la vista necesaria para poner en marcha –tras medio siglo de andadura- un programa en el que los viejos empresarios aconsejan a los que acaban de terminar sus carreras en sus inmediatas decisiones.

El sistema de transmisión de conocimientos entre maestro y aprendiz ha funcionado desde la edad media y a juzgar por los momentos de emoción que se vivieron en la entrega de diplomas de la jornada de clausura, ha surtido efecto en la era del algoritmo de Google. Tanto mentores como ’mentees’ (así se llama a los egresados de la universidad que aceptan el tutelaje de los empresarios) mostraban su emoción y lo mucho que habían aprendido unos de otros. De hecho, no daban por finalizadas las sesiones de mentoring con sus pupilos y aseguraban que seguirían viéndose, aunque este primer programa hubiera terminado. La Alianza Extremadura es Futuro para que sí está conectando sociedad con la institución universitaria, algo tan necesario en medio de un panorama en el que la formación superior parece vivir de espaldas a la realidad. He visto a empresarios ilusionados con su labor instructiva y a egresados con las ideas claras sobre su futuro. La juventud acumulada de nuestros empresarios no debe caer en saco roto. No hay dinero en el mundo para pagar el que dediquen su escaso tiempo libre a formar (y formarse) a emprendedores en ciernes. Las palabras de agradecimiento de los aprendices son reveladores del éxito de este primer programa. Espero y deseo que el próximo programa de mentoring tenga más maestros y alumnos. El tejido productivo extremeño lo agradecerá.