Opinión | EL APUNTE

Camino del acuerdo del presupuesto

Participantes, este lunes, en la primera reunión entre los grupos municipales del PSOE y Podemos.

Participantes, este lunes, en la primera reunión entre los grupos municipales del PSOE y Podemos. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Los grupos municipales del PSOE y de Unidas Podemos en el ayuntamiento iniciaron este lunes la ronda de contactos para llegar a un acuerdo que permita la aprobación de los presupuestos locales de 2022. Como era de esperar, no salió ningún avance de este primer encuentro de cara a cerrar un acuerdo. Las negociaciones continuarán esta semana con dos asuntos sobre la mesa: la vivienda y la movilidad urbana.

El grupo socialista, que está al frente del gobierno municipal, ya ha dado un primer paso este viernes para limar las diferencias. Ha impulsado en la junta local de gobierno un proyecto de movilidad para que los escolares vayan a los colegios con seguridad y evitar los atascos que se producen en las entradas y salidas de los centros. Este es uno de los compromisos que se recogen en el acuerdo de estabilidad para la legislatura que firmaron PSOE y Unidas Podemos en enero de 2020. Se puede decir que con esta decisión el grupo socialista ha tomado el camino para llegar a un acuerdo con los podemitas que permita sacar las cuentas.

Es una prueba de la disposición del PSOE para cumplir los puntos del acuerdo y poder contar con el apoyo de Unidas Podemos. Y es que la opción de los morados es la única que tiene el gobierno socialista. Hay otras variables para tener los votos necesarios en el pleno de la corporación local, pero chocan con una de las novedades que tienen los presupuestos municipales de este año.

Esa novedad es la subida del IBI, acordada por PSOE y Podemos, también en base al acuerdo de estabilidad para la legislatura. Con ese incremento se anula la doble bajada en el tributo que en la pasada legislatura acordaron PP y Ciudadanos. Es este último partido el que se presentaría como la primera alternativa para el gobierno socialista si Unidas Podemos no le da los votos para los presupuestos. Pero un respaldo de Ciudadanos no se entendería con un presupuesto que sube el IBI, ya que los naranjas han sido en esta corporación los que más se han opuesto a un incremento fiscal. Votando al presupuesto, votarían contra una de las bases de su política: no subir los tributos.

Sin Podemos ni Ciudadanos, la otra solución es un acuerdo con el PP. Si con Ciudadanos es muy complicado, con el PP es prácticamente imposible. No solo porque los populares también han hecho suyo el rechazo a cualquier subida de los tributos, sino que además los dos grandes partidos, PSOE y PP, los únicos que han gobernado en la ciudad en los últimos treinta años, no se apoyan cuando se trata de aprobar las cuentas. Son muy pocos los casos, una excepción se produjo con las cuentas de 2016, cuando el entonces portavoz socialista y actual alcalde, Luis Salaya, facilitó a la alcaldesa del PP, Elena Nevado, la aprobación de los presupuestos.

Con el respaldo de los tres concejales no adscritos, el gobierno socialista de Luis Salaya no sumaría los votos necesarios para sacar las cuentas. No obstante, el de Teófilo Amores lo tiene, pero no así los de los ediles Francisco Alcántara y Mar Díaz, del partido Cáceres Viva, que también se han opuesto a la subida fiscal.

Así las cosas, el único camino transitable que le queda al PSOE es el del acuerdo con Unidas Podemos si quiere sacar los presupuestos de 2022. De momento, los escolares tendrán su camino, falta por ver si Salaya y su equipo también lo tienen para su presupuesto.