Opinión | Espejo convexo

Donde está la sorpresa

Comenzábamos esta semana celebrando el Día de la Constitución española, sin duda, un día para afianzar acuerdos, derechos y deberes, y rememorar lo que tanto costó conseguir, y que logró, tras la votación en referéndum, el consenso y la aprobación de la ciudadanía española. La garantía de nuestra democracia estaba y está en esas líneas, en esas palabras, en esos artículos.

Esta semana el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha convocado la Cumbre por la Democracia de forma virtual a 110 países. Leía en una noticia internacional que «una encuesta global del Pew Research revela que una gran mayoría de los ciudadanos apoya la democracia, pero una media del 56% en 17 economías avanzadas afirma que su sistema político necesita cambios importantes o debe ser reformado por completo». 

"La garantía de nuestra democracia estaba y está en los artículos de la Constitución española"

El debate sobre las cuestiones que se abordan en esta cumbre está servido, si es conveniente o no separar el mundo en dos facciones con adjetivos como buenos y malos, si existe la fórmula mágica para que todo funcione democráticamente... lo que está claro es que si algo precisa de atención y la máxima preocupación es la salud democrática de un país, y para ello, se requerirá, en el continuo trabajo y progreso de una sociedad, realizar cambios que permitan el sostenimiento del sistema. La inquietud generalizada sobre el nacimiento de populismos nacionalistas, algunos, claramente simpatizantes de la extrema derecha son una constante en muchos de ellos. Su actuación está siendo similar, introducirse en el sistema para destruirlo. Caballos de Troya. 

Y si los asuntos que se van a tratar están en la actualidad pública, aún más, la lista de invitados. Una constante en cualquier evento, en muchas ocasiones, son los asistentes lo que otorgan la notoriedad o no de la celebración.

Viktor Orbán se ha ofendido, es el único país perteneciente a la OTAN y miembro de la Unión Europea que no está invitado y ha conseguido que la Unión Europea asista sin una posición común, que no pueda adquirir ningún compromiso financiero ni jurídico. Me gustaría recordar, como ejemplo de su gestión que hace unas semanas el Tribunal de Justicia de la UE rechazó que Hungría pueda perseguir penalmente a quienes prestan su ayuda a los solicitantes de asilo. Donde estará su sorpresa ante su no invitación.

Finaliza la etapa Merkel, así se titulaba en algunos periódicos de tirada nacional, me gustaría recordar una de sus intervenciones: «la libertad de expresión tiene sus límites. Esos límites comienzan cuando se propaga el odio. Empiezan cuando la dignidad de otra persona es violada». «Esta cámara debe oponerse al discurso extremista. De lo contrario, nuestra sociedad no volverá a ser la sociedad libre que es».

Los populismos calan hasta las capas más profundas, y no conviene ni infravalorarlos, ni ignorarlos, ni... Todo está casi inventado, de la Eneida de Virgilio se puede extraer: «No os fiéis del caballo, troyanos. Algo pasa, temo a los griegos, incluso cuando ofrecen dones».