Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Extremadura (UEx) ha permitido localizar dos focos de fiebre del Nilo (provocada por el virus West Nile) en caballos de explotaciones ganaderas de Cáceres y Moraleja. Ambos se han detectado durante la pasada primavera y han sido posteriormente confirmados en octubre por el Laboratorio Nacional de referencia de Algete (en la Comunidad de Madrid), que depende del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Además los investigadores localizaron otros tres posibles casos en aves silvestres (dos mochuelos y un azor), aunque en estos no se ha llegado a remitir al laboratorio especializado para su confirmación porque se desconoce la procedencia de las aves.

El estudio sobre esta enfermedad en la UEx se inició a raíz de la detección del primer caso en animales en la región, en el 2015 en Navalvillar de Pela. Un un año después se hallaron otros seis casos en Jaraicejo, Sierra de Fuentes, Plasencia, La Granja, Alburquerque y Badajoz (todos confirmados por le Ministerio de Agricultura) y no ha habido nuevas infecciones hasta este año.

«Tenemos la sensación de que esos casos son únicamente la punta del iceberg», dice Eva María Frontera Carrión directora del equipo de investigación que está llevando a cabo el trabajo, y en el que participan también el coordinador de la sección de Entomología, Daniel Bravo Barriga, y la coordinadora de la sección de Équidos, María Martín Cuervo, junto a otros profesores e investigadores de la universidad, de los centros de recuperación de fauna silvestre y de la Junta de Extremadura.

La fiebre del Nilo es una infección vírica de declaración obligatoria que transmite un mosquito y que afecta especialmente a aves y caballos, pero también a humanos. En el hombre, el virus solo se transmite a través de la picadura y en la mayoría de los casos se supera de forma asintomática o con síntomas leves similares a los de la gripe. Solo en un porcentaje mínimo (menos del 1%) de casos acaban desarrollando alguna enfermedad grave como una meningitis o meningoencefalitis-

MEDIDAS PREVENTIVAS / Para los animales, según el protocolo de la Consejería de Sanidad, no hay tratamientos específicos para la enfermedad y tampoco existen «restricciones» en cuanto al movimientos de los animales infectados aunque sí hay una serie de medidas preventivas como el uso de repelentes o la retirada de todo aquello que pueda favorecer la proliferación de mosquitos.

A través de la investigación de la UEx, en marcha hasta 2020, se están tomando también muestras de todas las zonas en las que se han detectado casos «para estudiar si se trata de casos esporádicos o si el virus está conviviendo con nosotros», explica la investigadora de la Facultad de Veterinaria. El análisis abarca «todos los eslabones del ciclo epidemiológico, con el fin de tener un conocimiento profundo de la posible circulación del mismo en nuestra región», dice Frontera. De este modo, se están estudiando mosquitos potencialmente vectores y también se están tomando muestras en humanos con signos meningoencefalíticos y así poder determinar la presencia del virus o posibles anticuerpos frente al mismo.