Entre sus paredes el amor por Athletic de Bilbao y el Mérida AD no pasa inadvertido

La taberna de Mérida a los pies de la Mártir

El Bar Hornito & Freylas, todo un clásico, tiene una trayectoria de más de 41 años

Juan Antonio Rodríguez lleva 41 años al frente del bar.

Juan Antonio Rodríguez lleva 41 años al frente del bar. / ALBERTO MANZANO

Como el típico bar de pueblo, donde todo el mundo se conoce, pero situado a los pies de la Basílica de Santa Eulalia en Mérida. Así, con estas palabras, se puede definir perfectamente la esencia del Bar Hornito & Freylas. Ubicado en la avenida de Extremadura. Por sus puertas se han visto pasar generaciones y generaciones de emeritenses. Unos clientes que más que consumidores, «somos ya una gran familia», tal y como asegura Juan Antonio Rodríguez, propietario de esta taberna que lleva más de 41 años siendo el lugar de encuentro de muchos amigos y conocidos. Para algunos incluso se ha convertido también en su hogar. «Aquí se sienten como en casa», manifiesta el hostelero.

Toda una vida alrededor de una barra. Una trayectoria forjada a base de esfuerzo y tesón que ha dejado marca en sus manos y en su memoria (abrió el negocio con su primo Fructuoso en 1982 pero él terminó quedándose con el local). Piensa que los establecimientos como el suyo están en peligro de extinción porque se da una atención «muy personalizada». Pero, sobre todo, comenta a este periódico que «trabajar en el Hornito es como estar en un escaparate viendo pasar la vida, con gente muy variada, desde un electricista al párroco o algún turista que viene a visitar a la Mártir».

Fotografías de los clientes.

Fotografías de los clientes. / ALBERTO MANZANO

Entre sus paredes el amor por Athletic de Bilbao y el Mérida AD tampoco pasa inadvertido. Además cuenta con un espacio donde coloca las fotos de sus clientes. Sin duda, su barra de madera es uno de los mejores lugares para cervecear y tomar vinos de la ciudad. Claro, meridiano y con precios muy populares. «Siempre digo que este bar sin los clientes o amigos no sería nada, por mucho que yo hiciera. Si no tuviera el respaldo de ellos, yo no seguiría con el bar abierto. Entonces, todo esto se lo debo y se lo agradezco a ellos», resalta.

El Hornito brinda cada mediodía por sus cuatro décadas, al fin y al cabo el establecimiento tiene mucha historia y Juan Antonio quiere seguir coleccionando momentos y poder escribir más capítulos en este bar emeritense de toda la vida.