Relaciones ultras

Meloni y Orban exhiben su "divorcio consensuado" en Roma de cara a la presidencia húngara de la UE

Más distanciados, Meloni y Orban no cierra aun así la puerta a posibles colaboraciones

La extrema derecha asciende en Europa, liderada por el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni

La extrema derecha asciende en Europa, liderada por el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni / EFE

Irene Savio

La relación entre la primera ministra italiana Meloni y su homólogo húngaro, Viktor Orbannunca idílica (también por motivos personales, según los más cercanos a la italiana), ha sido particularmente enredada en los últimos años. Y esto no solo por la cercanía del húngaro al competidor interno de Meloni, Matteo Salvini, el líder de la Liga. También porque, desde la invasión a gran escala de Ucrania, el ferviente atlantismo de la italiana ha chocado abiertamente con el escepticismo y los titubeos de Hungría en la respuesta europea a Moscú por su agresión. Nunca como este lunes, sin embargo, los alcances y límites de este vínculo quedaron tan en evidencia.

Como jefe del Gobierno húngaro y líder de Fidesz, "he dejado muy claro que nosotros seguimos nuestros intereses nacionales y no podemos ser parte de una familia política [el grupo de los Reformistas y Conservadores, el ECR, cuya presidenta es Meloni] en el que hay un partido rumano que es anti-húngaro", ha dicho Orban en Roma. "Pero nos comprometemos a reforzar a los partidos de la derecha europea, también si no perteneceremos al mismo grupo", ha añadido durante la presentación de la presidencia húngara del Consejo de la UE, que arrancará el próximo 1 de julio. 

Sí a los rumanos, fuera los húngaros

El húngaro se refirió así al último desencuentro con la italiana. De hecho, hace tan solo una semana, Meloni admitió en ECR a la Alianza para la Unión de Rumanos, el AUR. Problema: el AUR, que es un partido antisistema y ultra, reclama que Transilvania pertenece a Rumania, pero esta disputada región también es considerada como propia por Budapest. Resultado del entuerto: el ingreso de AUR en ECR ha cerrado toda posibilidad a que Fidesz, el partido de Orban, entre en el mismo grupo; y esto en momentos en los que aún se negocia para la formación de las mayorías que mandarán en las instituciones europeas de la próxima legislatura.

Como única política de todo el espectro europeo de la extrema derecha que actualmente está en el poder, la propia Meloni también quiso poner los puntos sobre las íes. Dijo que por supuesto habían "hablado del conflicto en Ucrania", sobre el que se dijo consciente que las posturas de los dos Gobiernos "no han sido siempre coincidentes". Pero aun así, añadió, "aprecio la postura de Hungría" que, "pese a sus recelos", permitió al bloque europeo de "adoptar posiciones comunes", enfatizó la italiana, tras el encuentro en el Palazzo Chigi, la sede del Gobierno italiano. 

El epílogo confirmó así la hipótesis que ya en la mañana los diarios de derecha daban por buena. Será un "divorcio consensuado", habían escrito, al sugerir que, si bien es bastante probable que los dos líderes ultras tomarán caminos distintos de momento, no hay que excluir que en algún momento sus rutas vuelvan a cruzarse