Educación

"Me han expulsado de seis listas de interinos por no poder conciliar"

Nuria González aceptó una vacante en un ciclo de FP que no determinaba el tipo de jornada y el enterarse de que tendría que trabajar por las tardes tuvo que renunciar porque tiene un bebe de un año. Ahora Educación la saca de todas las listas extraordinarias en las que estaba inscrita: «Es muy injusto»

Una madre sostiene a su bebé en su casa.

Una madre sostiene a su bebé en su casa. / José Luis Roca

«No voy a poder volver a trabajar en el sistema educativo en años porque me han expulsado de todas las listas extraordinarias en las que estaba por renunciar a una plaza concreta en la que no se especificaban las condiciones ara poder cuidar a mi hijo». Esta es la denuncia de Nuria González, una interina a la que se le cierran de sopetón las puertas de la docencia por lo que ella considera una injusticia.

Hace dos semanas recibía una notificación de la Consejería de Educación en la que se le informaba que se le excluía de las seis listas extraordinarias de educación (de Secundaria y Formación Profesional) de las que formaba parte desde hace años y a través de las cuales ha trabajado en varias ocasiones en el sistema educativo extremeño. Es la penalización que le impone la administración educativa por su renuncia tras haberle sido adjudicada una plaza a la que finalmente no se incorporó por la incompatibilidad del horario laboral con el cuidado de su bebé de un año.

Fue el 7 de junio cuando Nuria fue convocada para participar en un llamamiento ordinario de educación, el último del curso académico, para optar a una vacante en el ciclo de Carpintería y Mueble de Formación Profesional en el IES Virgen de Guadalupe de Cáceres. Era obligatoria, así que echó la solicitud para trabajar, sabiendo solo que se trataba de una jornada completa hasta final de curso (no se especifica nada más en los llamamientos) y que las clases como tal ya habían terminado.

El lunes día 10 de junio a las once de la mañana, una hora antes de que acabara el plazo presentó la solicitud telemática y a las tres de la tarde le habían adjudicado la plaza. Su sorpresa llegó cuando llamó al centro para informar de su incorporación y le dijeron que tenía que trabajar por las tardes, hasta las 21.30 horas, tres días a la semana. «Tengo un bebé de un año, mi marido no puede hacerse cargo por las tardes por su trabajo y no tenemos familia aquí para ayudarnos», cuenta esta docente, graduada en Ingeniería Forestal y del Medio Natural y recientemente también en Educación Primaria. 

Así que tuvo que renunciar a la plaza adjudicada y eso tuvo consecuencias: la expulsión no solo de la lista de esa especialidad, sino de las otras cinco de las que formaba parte. «Es muy injusto, si lo llego a saber me llevo a mi hijo al instituto», cuenta Nuria, que además sufre una discapacidad del 33% y tiene limitaciones para ocupar muchos puestos de trabajo. 

Desde la consejería, le han explicado que la situación se ha dado más veces y es que, según la normativa actual, podría haber alegado conciliación teniendo un hijo menor de 6 años, pero antes de que la plaza le hubiera sido adjudicada. Pero el problema es que ella desconocía el horario de esa vacante porque en la convocatoria de llamamientos no se detalla esa información en ningún caso. «Si el horario se especificara con antelación no habría solicitado la plaza», sostiene. 

Nuria lamenta también que ocurran estas situaciones ante la falta de docentes de ciertas especialidades, como es el caso de Carpintería y Muebles. «Echan a la gente y luego no tienen profesores en toda Extremadura, es un sinsentido. Y lo que más gracia me hace es que ya no tenía que dar clases a los alumnos porque habían terminado». Aunque la normativa actual técnicamente no la avale, Nuria va a pelear. Quiere presentar un recurso de reposición y no descarta ir más allá para evitar su exclusión y que nadie más tenga que pasar por esto. «A ver si al menos sirve para que en los llamamientos ordinarios especifiquen los horarios de las plazas vacantes porque hay gente que necesita conciliar y no lo tiene fácil».

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