Los extremeños más influyentes

Hermanas Rueda: "Nos hemos sentido subestimadas por ser mujeres, pero hemos demostrado nuestra profesionalidad"

Pilar (Valdefuentes, 1989) Marta (1990) y María Rueda (1995) son tres hermanas de la Sierra de Montánchez que decidieron apostar por la vida y el emprendimiento rural. Juntas llevan su propia almazara, trabajada desde hace más de una década en familia. Su nave, punto de encuentro entre agricultores, es un punto de referencia en su zona

Las hermanas Rueda son dueñas de una Almazara.

Las hermanas Rueda son dueñas de una Almazara. / El Periódico

¿Cómo llegan a ser las propietarias de la almazara de su municipio?

Nos convertimos en las propietarias de la almazara tras decidir invertir en el pueblo para aportar valor añadido a la zona de la mancomunidad Sierra de Montánchez. Pilar, la mayor de nosotras, tuvo la idea inicial después de terminar la carrera en plena crisis y no encontrar trabajo. Juntas decidimos que era una oportunidad de negocio viable y una forma de contribuir al desarrollo local.

¿Por qué decidieron apostar por la vida en el pueblo?

Decidimos apostar por la vida en el pueblo porque vimos una oportunidad única de emprender en un sector con poco desarrollo en la región. Además, queríamos contribuir al desarrollo económico y social de nuestra comunidad, así como aprovechar los recursos naturales del entorno.

¿Cómo es su día a día?

Nuestro día a día en la almazara es muy activo y variado. Comenzamos temprano con la supervisión de la recepción de las aceitunas, controlando la calidad y el proceso de molienda. Nos encargamos también de la gestión administrativa, atención al cliente y la distribución del aceite. Además, nos involucramos en actividades de promoción y venta del producto tanto a nivel local como en mercados más amplios.

¿Cómo es su clientela? ¿Eminentemente mayor?

Nuestra clientela es bastante diversa. Aunque una parte significativa está formada por personas mayores del pueblo y alrededores, también hemos logrado atraer a una clientela más joven e incluso urbana, que valora el aceite de calidad y los productos locales.

Con la almazara queríamos contribuir al desarrollo económico y social de nuestra comunidad

¿Cómo se entienden con ellos?

Bien, muy bien. Nos entendemos muy bien con nuestra clientela gracias a la comunicación constante y personalizada. Tenemos un trato cercano y directo, lo que nos permite conocer sus necesidades, sus preferencias... Además, organizamos visitas a la almazara y catas de aceite para educar a nuestros clientes sobre el proceso y la calidad del producto.

¿Se han sentido poco valoradas alguna vez por los agricultores por el hecho de ser mujeres o jóvenes?

En algunas ocasiones hemos sentido que los agricultores nos subestiman por ser mujeres y jóvenes, especialmente al principio. Sin embargo, hemos demostrado capacidad y profesionalismo con el tiempo, ganándonos su respeto y confianza con nuestro trabajo y la calidad de nuestro aceite.

¿Cómo ven ahora mismo el panorama del mundo rural? ¿Es una buena opción laboral para los jóvenes o es un mundo complicado?

El panorama del mundo rural presenta desafíos, pero también muchas oportunidades. Creemos que es una buena opción laboral para los jóvenes que estén dispuestos a innovar y trabajar duro. El sector agrícola tiene un gran potencial, y con las inversiones adecuadas y el apoyo a los emprendedores, puede ser una alternativa viable y gratificante.

¿Convence el estilo de vida tranquilo a personas tan jóvenes?

El estilo de vida tranquilo del campo nos convence porque nos permite llevar una vida más equilibrada y en contacto con la naturaleza. Aunque los ritmos son diferentes a los de la ciudad, valoramos la calidad de vida y la posibilidad de desarrollar nuestro proyecto en un entorno más sostenible.

¿Se sienten ejemplo de que las cosas se pueden hacer de manera distinta?

Sí, nos sentimos un ejemplo de que las cosas se pueden hacer de otra manera. Nuestra experiencia demuestra que con iniciativa y esfuerzo, es posible emprender y tener éxito en el mundo rural, aportando valor a la comunidad y generando oportunidades de empleo.

¿Ven la despoblación como un problema real? ¿Qué se podría hacer para frenarla?

La despoblación es un problema real en muchas áreas rurales. Para frenarla, es crucial invertir en infraestructuras, mejorar los servicios básicos y fomentar la creación de empleo. También es importante promover el emprendimiento y apoyar a los jóvenes que deseen establecerse en el campo.

¿Cómo ven la situación para el joven extremeño?

El panorama para el joven extremeño es prometedor pero desafiante. Hay oportunidades en sectores como la agricultura, el turismo y las energías renovables, pero como te decía, es necesario un mayor apoyo institucional y una mejora en las infraestructuras para facilitar el acceso al mercado y el desarrollo de proyectos innovadores.

¿Qué es lo que más valoran de su estilo de vida rural?

Lo que más valoramos de nuestro estilo de vida rural es la tranquilidad, el contacto con la naturaleza y la posibilidad de trabajar en un proyecto que nos apasiona. Además, apreciamos el sentido de comunidad y la calidad de vida que ofrece el entorno rural.