Los extremeños más influyentes

Diego Andújar: "Mi lugar favorito de todos en los que he bailado es la cocina de mi abuela Cati"

Andújar ha creado su propio espectáculo, protagonizado giras internacionales y ahora es bailarín en el musical ‘Malinche’, de Nacho Cano

Diego Andújar

Diego Andújar / Lorea Ayo

Diego Andújar (Badajoz, 2000) comenzó su formación en la escuela de su madre, la también bailaora pacense Pilar Andújar. De aquel niño poco queda ya: en 2022 se tituló con mención de honor en la primera promoción de Baile Flamenco del Conservatorio Profesional de Danza ‘Fortea’, en Madrid. Ha creado su propio espectáculo, protagonizado giras internacionales y ahora es bailarín en el musical ‘Malinche’, de Nacho Cano.

¿Con cuántos años comenzó a bailar flamenco?

Con 10 añitos. En mi casa siempre había flamenco pero yo lo veía como el trabajo de mi madre, ella nunca quiso obligarnos a probar, cosa que le agradecía mucho porque yo era muy vergonzoso. Un día mi abuela Catalina me pilló bailando en su cocina a escondidas. Se lo contó a mi madre y ella no se lo creía. Hasta que en un festival de fin de curso de su academia nos dijo a mi hermano y a mí que si queríamos probar a salir en un baile con unas niñas, darles una vueltecita y poco más. Y una vez que me subí al escenario, ya no he podido bajarme más.

Su madre jugó, entonces, un papel clave en su pasión por el flamenco.

Ella siempre, a mi hermano y a mí, nos ha hecho tener esa inquietud por el arte en general. En mi casa podía sonar desde Tina Turner a La Paquera de Jerez pasando por Freddie Mercury. Ella aparte de bailaora y de ser una excelente maestra es una enamorada del flamenco y todo lo que sé hasta que me fuí fuera de Badajoz a seguir formándome me lo ha enseñado ella. Aun hoy cada vez que voy a bailar o a crear algún espectáculo siempre recurro a ella porque sé que el universo que tiene en la cabeza siempre me inspira.

El flamenco no es una disciplina tan usual como el fútbol, por ejemplo. ¿Fue sencilla la adolescencia?

Me gusta mucho esta pregunta porque es algo en lo que hay que avanzar todavía mucho, en mi adolescencia recuerdo que mi madre tenía la academia en el centro comercial de Pardaleras y para ir al baño tenías que salir del local e ir a los del centro comercial. Siempre fuera había unos chavales de mi edad jugando al fútbol y yo me quitaba todos los días las botas de bailar por miedo a que me dijeran algo, hasta que un día fui al baño con mis botas y tuve que aguantar un comentario que se ha repetido mucho durante mi vida. Gracias a Dios yo siempre he tenido claro quién soy y no dejaba que me afectara. Después esos mismos chavales me han escrito por Instagram años más tarde dándome la enhorabuena o diciéndome que dónde podían venir a verme bailar.

Al fin y al cabo no deja de ser incultura, es fuerte que todavía el porcentaje de niños en las escuelas de baile sea tan bajo simplemente porque muchos padres no favorecen esa educación y esa posibilidad de apuntar a sus niños a bailar.

¿Cuál es el palo que más le gusta bailar?

El flamenco es tan amplio y te da un abanico de sentimientos donde poder expresarte que sería absurdo si sólo me quedara con uno, porque cada palo te deja ser cada día una cosa. Es verdad que por mi forma de bailar diría que los palos con los que más me siento son la soleá o la seguiriya pero no puedo quedarme sólo con uno.

Me veo montando mi propia compañía y haciendo una gira nacional e internacional

Extremadura es tierra de flamenco pero, ¿sería fácil desarrollar su actividad profesional en la región?

Es complicado porque Badajoz es un enamorado del flamenco, la gente cada vez que hay algún espectáculo se vuelca, pero sí creo que todavía hace falta más apoyo por parte de las instituciones y, sobre todo, dar oportunidad a gente joven e intentar que la gente no se tenga que ir fuera para poder ver un buen espectáculo o para formarse en condiciones.

¿Cómo cree que son los jóvenes extremeños?

En Extremadura hay muchísimo talento y muchísimas ganas de comerse el mundo. No estoy de acuerdo cuando dicen que los jóvenes somos unos vagos. Yo he estudiado en el reino Aftasí y he visto a gente con tanto talento…

Usted se tuvo que ir fuera para formarse. ¿Se ve viviendo de nuevo en Extremadura?

Extremadura es mi hogar y siempre será mi casa, es cierto que ahora mismo quiero ser un poco nómada y ganarme el pan en muchos sitios diferentes, pero Extremadura me encanta para todo.

¿Cree que se están llevando a cabo iniciativas interesantes en torno al flamenco en la región?

Por parte de las escuelas y de los artistas extremeños sí, desde que soy pequeño veo que mi madre en su escuela y muchas más traen a maestros para que los alumnos puedan formarse en su casa y fomentan que vayan a ver los espectáculos que traen a los diferentes festivales que hay.

¿Cree que ha conseguido tener un sello propio?

Creo que soy muy joven para tener un sello propio muy marcado, me dejo llevar por las diferentes etapas por las que he pasado como persona porque considero que mi baile es muy de verdad. Todavía me falta mucho que trabajar y aprender pero diría que mi sello es bailar de forma honesta. Simplemente soy yo, Diego.

Ha girado por distintas partes del mundo. ¿Cómo son recibidos los artistas?

He trabajado en Alemania, Finlandia y lo más reciente ha sido China que ha sido la locura más grande a la que me he enfrentado: que han sido más de 36 ciudades diferentes en dos meses. Los artistas son recibidos de una manera excepcional, con mucho respeto y con mucho aprecio.

¿Feliz de llevar el sello extremeño allá por donde va? ¿Cuánto cree que le ha enriquecido esta experiencia?

Eso es lo que más feliz me hace de bailar, cuando mis compañeros me jalean y me dicen «¡viva Extremadura, olé Badajoz!». No puedo evitar sonreír y sentirme orgulloso de donde vengo y llevarlo por bandera siempre.

¿Prefiere un público exigente o uno de aplauso fácil?

Siempre un público exigente. Para mí vale mucho más que una persona, aunque sea sólo una, se me acerque al final de un espectáculo y me diga que le he emocionado y le he hecho sentir algo especial a una ovación de un teatro entero.

Lugar favorito de todos en los que ha bailado

La cocina de mi abuela Cati.

¿Cómo se ve en el futuro?

Creando mi propia compañía y pudiendo hacer una gira nacional e internacional, pero me haría mucha ilusión hacerla por mi tierra primero.