Entrevista

Dos talentos extremeños de la danza rumbo a La Scala de Milán: "Es la primera vez que ocurre"

Juan Pacheco empezó a los cinco años a bailar. Iván Gutiérrez, a los seis. Ahora, a sus 16 y 14 años, tienen la oportunidad de formarse en una de las escuelas más prestigiosas a nivel internacional y cumplir su sueño de convertirse en bailarines profesionales

Juan e Iván, alumnos del Conservatorio Profesional de Danza de Cáceres, bailando

CEDIDO

"Es la primera vez que alumnos del Conservatorio Profesional de Danza de Cáceres son admitidos en una de las mejores escuelas a nivel internacional", señala la directora del conservatorio cacereño, Montserrat Franco Pérez. Es el caso de Juan Pacheco Rodríguez e Iván Gutiérrez Tizón, de 16 y 14 años respectivamente, que pasan a formar parte de la Academia del Teatro de La Scala de Milán para continuar su formación.

Este periódico ha tenido la oportunidad de hablar con los dos bailarines que dejan Extremadura en septiembre para embarcarse en un viaje fruto del talento, la dedicación y la pasión que le consagran a la danza.

Años de formación

Juan Pacheco, procedente de la localidad pacense de Herrera del Duque, comenzó a bailar con tan solo cinco años, motivado por su madre. "Es una artista, lleva el baile dentro y da clases del folclore en mi casa. Cuando era pequeño, me sentaba a ver los ensayos y un día, me puse a bailar y mi madre quedó sorprendida al ver que me lo había aprendido con tan solo mirarlo", explica Pacheco. Comenzó formándose en Talarrubias y en su propio pueblo hasta que pasó al Conservatorio Elemental de Danza de Cáceres, donde hizo tres años. Tras pasar las pruebas, accedió al Conservatorio Profesional de Danza de Cáceres y pasó directamente de primero a cuarto, terminando quinto este año.

Juan, interpretando 'El reino de las sombras del ballet, La Bayadere' en el Gran Teatro el pasado 18 de junio.

Juan, interpretando 'El reino de las sombras del ballet, La Bayadere' en el Gran Teatro el pasado 18 de junio. / CEDIDA

"Bailar es mi lugar seguro"

Juan Pacheco

— Bailarín

Iván, nacido en la propia capital cacereña, empezó mostrando interés por el baile a los seis años. "Ví a una profesora de infantil bailar, que nos sacó a mis compañeros y a mi a bailar también. Desde ahí, descubrí que me gustaba y quería ser bailarín", dice el joven. Tras varios años en academias de danza y en el Elemental, pasó al Conservatorio Profesional, donde ha cursado hasta el segundo año. Destaca las clases con su profesora Margarita: "Me ha enseñado muchísimo durante estos dos años".

Iván, bailando cuando era más pequeño

Iván, bailando cuando era más pequeño / CEDIDA

"No veía ninguna posibilidad, fue una sorpresa total"

Iván Gutiérrez

— Bailarín

Ambos subrayan la calma que les proporciona el baile, hasta el punto de considerarlo un "lugar seguro", como es el caso de Juan, que decidió que quería ser bailarín profesional gracias, en parte, al apoyo que le mostró el equipo de profesores del 'Sagrario Ruiz-Piñero'. Iván lo tiene claro desde pequeño, aunque sus expectativas fueron disminuyendo al ir avanzando en su formación y ver el nivel sus compañeros. A día de hoy, tiene más esperanza. "Se puede llegar", afirma tras su admisión en La Scala.

Un viaje inolvidable

Ha sido el bailarín y maestro Stephan Pavorin quien se ha fijado en ellos durante su estancia en el conservatorio como invitado por el proyecto Erasmus+. Formado en la Ópera de París, el italiano mandó grabaciones de los ejercicios de clase al director de la escuela de La Scala de Milán, que dio la oportunidad a ambos de visitar la academia durante cuatro días de este mes.

Fue el último día cuando sus padres tuvieron una reunión con el director de la academia y recibieron la gran noticia. "Yo sabía que tenían la reunión a las 13:45 horas y estaba en el apartamento esperando, muy nervioso. Mi padre me llamó para decírmelo y no me lo creía, me puse super contento", narra Juan, que horas antes pensaba que se cocía algo porque había visto a un profesor grabarles en clase. Iván, por su parte, no veía ninguna posibilidad, "fue una sorpresa total."

Juan e Iván en el Teatro de La Scala de Milán hace dos semanas.

Juan e Iván en el Teatro de La Scala de Milán hace dos semanas. / CEDIDA

"No quiero faltar ningún día al conservatorio, para mi es algo obligatorio"

Juan Pacheco

— Bailarín

Volverán a pisar tierras italianas después del verano, con el inicio del curso. Juan cuenta con el apoyo de su familia para mudarse solo a una residencia. Iván todavía no tiene claro cómo lo va a hacer. Ambos reconocen que les va a tocar aprender italiano por su cuenta, ya que pretenden compaginar el baile con sus estudios obligatorios. El mayor de los dos comenzará Bachillerato. "Son tres asignaturas obligatorias, algunas online y con un tutor en español que me ayudará un poco, pero la mayoría será en italiano", explica. El pequeño, pasa a 3º ESO y explica que aprovechará los ratos libres que tenga para estudiar.

La otra cara de la moneda

Y es que, compaginar ambos estudios puede que sea la parte más complicada de este modo de vida. Este curso, Juan ha notado mucho más la dificultad respecto a años anteriores, debido a que, en 5º y 6º de conservatorio profesional, se extienden las clases a cinco horas y media diarias. "Llegas a las 21.30 horas a tu casa, te duchas, cenas, te pones a estudiar y no acabas hasta las 02.00 horas y al día siguiente, lo mismo. Pero yo no quiero faltar ningún día al conservatorio, para mi es algo obligatorio", asume Pacheco.

"Que no te obliguen a bailar, tienes que hacerlo por ti mismo"

Iván Gutiérrez

— Bailarín

La danza les permite expresarse de una forma única, que podrán perfeccionar junto al equipo de profesionales de la academia de La Scala. Los dos bailarines han contemplado en retrospectiva las decisiones que han tomado hasta llegar a este momento de sus vidas. Juan admite que si tuviera la oportunidad de darle un consejo a su yo del pasado, "le diría que siga siendo agradecido y continuara trabajando porque puede llegar a donde quiera". Iván, recomendaría no fijarse en las demás personas y centrarse más en él. "Lo más importante es que te guste lo que haces, pero que no te obliguen a bailar. Tienes que hacerlo por ti mismo", zanja el cacereño.

La directora del conservatorio cacereño, orgullosa del hito

Para Montserrat Franco Pérez, directora del Conservatorio Profesional de Danza de Cáceres 'Sagrario Ruiz-Piñero', es un orgullo que dos alumnos hayan sido admitidos en la academia italiana. Son seis los años que el centro, situado en la plaza San Jorge, lleva formando a cientos de jóvenes bailarines dispuestos a hacerse un hueco en la industria del baile.

La también profesora de danza se muestra muy esperanzada respecto al futuro de sus alumnos, ya que al entrar a la escuela de una compañía, "tienen muchas posibilidades de poder formar parte del elenco de bailarines de la compañía del teatro de La Scala de Milán". Les aconseja que mantengan la calma, que trabajen con esfuerzo e ilusión y especialmente, que no olviden sus orígenes. Asimismo, admite que "es muy importante que sean capaces de compaginar sus estudios obligatorios con esta formación y sigan apostando por convertirse en bailarines profesionales porque su sueño está cada vez más cerca de cumplirse."