Debate sobre el Estado de la Región

PP y Vox se reconcilian en el pacto de gobierno sin aparcar sus diferencias

La igualdad, los impuestos y el regadío de Tierra de Barros centran una sesión que evidencia la política de bloques divididos en la Asamblea

Guardiola critica la falta de soluciones de la oposición y tras tender la mano para lo que resta de legislatura, lamenta que "el griterío" haya quitado espacio al diálogo

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, junto al diputado socialista José María Vergeles.

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, junto al diputado socialista José María Vergeles. / JORGE ARMESTAR

Manuel García Pelayo fue presidente del Tribunal Constitucional en época de Felipe González, durante la expropiación de Rumasa. «El llorado García Pelayo», que comparte similitudes en el nombre con el líder de Vox en Extremadura, se tuvo que ir a Venezuela, «atribulado por la vergüenza de dar cauce legal a ese atropello». Recordaba este martes su suerte el propio diputado de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, después de que la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, les cambiara el nombre en el transcurso del debate sobre el Estado de la Región. 

«Señor Gordillo. ¿Es señor Gordillo? Es que le ha llamado García Pelayo en varias ocasiones su socia de gobierno y no sabía a quién se refería», se apresuró a decir en cuanto tuvo ocasión el presidente del Grupo Parlamentario Socialista, José María Vergeles, que ya en una intervención anterior había puesto de manifiesto la poca consideración de Guardiola hacia Vox, a quien no llegó siquiera a mencionar en su discurso del lunes. Vergeles fue el encargado de defender el argumentario socialista porque el líder del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, no es diputado autonómico y siguió la sesión desde la tribuna de invitados, según algunos diputados socialistas con más atención incluso que los que sí ocupaban su escaño. 

«Le divierte a usted mucho… Bueno, tampoco está mal», respondió Gordillo a Vergeles en tono jocoso. Aprovechó el paréntesis para contar al hemiciclo quién era el verdadero García Pelayo y de paso, recordar a la bancada socialista que «ahí empezó su andadura del control judicial, que todavía hoy sigue». La propia presidenta terminó finalmente pidiendo disculpas al líder de Vox: aseguró que no le dolía en prendas hacerlo tras reconocer que estaba segura de que García Pelayo era su nombre. 

Pacto «legítimo»

El lapsus de Guardiola (y el de muchos, porque el propio Gordillo ha reconocido en más de una ocasión las dificultades que le entraña la cuestión, ya que Pelayo es segundo nombre y no apellido) sirvió para evidenciar el tema que ha centrado el debate sobre el estado de la región que se celebró este lunes y martes en la Asamblea de Extremadura: un pacto de gobierno «legítimo» que tras las desavenencias mostradas en las últimas semanas, reconcilia al PP y a Vox sin aparcar sus diferencias para seguir trabajando con el objetivo de «transformar Extremadura».

Los diputados de Vox saludan al consejero de Gestión Forestal, su cupo en el gobierno de coalición extremeño.

Los diputados de Vox saludan al consejero de Gestión Forestal, su cupo en el gobierno de coalición extremeño. / JORGE ARMESTAR

«No estoy de acuerdo con muchas cosas que Vox defiende, pero esa es la pluralidad. Firmamos un pacto, público y transparente. Lo hicimos aquí, en Mérida, no nos fuimos a Suiza», clamó Guardiola frente a las críticas recurrentes del PSOE y Unidas por Extremadura con la mirada puesta en Pedro Sánchez. «¿Acaso Pelayo está acusado por algún delito de terrorismo, sedición, malversar fondos públicos? Tampoco tuve que amnistiar a Pelayo para que apoyara mi investidura. No nos den lecciones de democracia», afirmó tajante la presidenta para dejar claro que el gobierno de coalición de PP y Vox en Extremadura es firme aunque discrepen en pilares tan básicos como la defensa de la igualdad.

«Hablan de Vox como si fuera Otegui o Puigdemont y se les olvida que el pasado 28 de mayo casi 50.000 extremeños votaron a Vox, 14.000 más que a la señora De Miguel», dijo Guardiola. «No se firmó en Suiza, el pacto se firmó en Madrid», se defendió después la líder de Unidas por Extremadura. 

Presupuesto para el regadío

Gordillo, que tras el discurso de lunes pidió a la presidenta «lealtad y respeto institucional», centró su primera intervención en el análisis del cumplimiento del pacto, recordando una vez más que «nada hubiera sido ni será posible sin Vox». Así, avisó a Guardiola de que su apoyo «no es incondicional» e insistió en el regadío de Tierra de Barros: otra de las grandes bazas del debate, sobre todo después de que a sabiendas de la importancia que tiene para sus socios de gobierno, Guardiola no hiciera referencia en su discurso.

«Nada de lo conseguido, que es mucho, y nada de lo que aún haremos, que será más, será posible sin Vox»

Ángel P. Gordillo

— Líder de Vox en Extremadura

«Definirá la legislatura», afirmó Gordillo. «Desde Vox hemos adquirido el compromiso de llevarlo a cabo. Cada uno establece sus prioridades y vamos a cumplir», dijo tras insistir en que aún sin el apoyo del Gobierno y la Unión Europea el proyecto debe llevarse a cabo. «No es el escenario que nos hubiese gustado encontrarnos, pero es el que tenemos. Hay que llevar este compromiso hasta sus últimas consecuencias, haciéndolo efectivo en los próximos presupuestos», repitió. Guardiola, que la pasada semana consideró que «no es sensato» plantear que la Junta asuma «a pulmón» con fondos propios este proyecto cifrado en más de 350 millones de euros, salió del paso: «Me voy a remitir a la comisión de investigación, porque la verdad ya está en marcha», dijo.  

Política de bloques

En general, el Debate sobre el Estado de la Región ha puesto en evidencia, más si cabe todavía, la política de bloques divididos que vive esta legislatura la Asamblea de Extremadura: a la derecha el PP y Vox y a la izquierda el PSOE y Unidas por Extremadura, bautizados como «la alianza comunista» por formación de Santiago Abascal. 

A grandes rasgos, el PP y también la presidenta se quejaron de la falta de propuestas de la oposición, que centró sus críticas en la coalición, la rebaja de impuestos y la política «victimista» de la presidenta en materia de igualdad. Guardiola y el PP vendieron como una batalla ganada al PSOE el hecho de que la primera presidenta de la Junta de Extremadura sea una mujer, pero los socialistas se defendieron recordando que ni con José Antonio Monago ni ahora con María Guardiola, el PP ha podido gobernar en solitario. 

«¿De qué sirve que Guardiola sea la primera mujer presidenta si lo hace apoyándose en la ultraderecha negacionista?»

Irene de Miguel

— Presidenta de Unidas por Extremadura

El PSOE y Unidas por Extremadura criticaron el «populismo y la demagogia» de la presidenta y sus medidas para beneficiar «a los privilegiados» dentro de una política «vende humos» y «sin límite de renta». «Son los mejores defensores de los señoritos», dijo Irene de Miguel, que preguntó a Guardiola por esa «varita mágica» con la que hace un año iba a solucionar todos los problemas y que a todas luces «no le ha funcionado». 

La líder de Unidas por Extremadura fue especialmente crítica con el tema de la igualdad y recordó que no solo por ser mujer, una es feminista. «El feminismo no es conseguir que las más privilegiadas puedan romper los techos de cristal, sino que las que más sufren las consecuencias del patriarcado puedan salir de ahí». «¿De qué sirve que Guardiola sea la primera mujer presidenta si lo hace apoyándose en la ultraderecha negacionista?», se preguntó. 

Irene de Miguel con los diputados de Unidas José Antonio González Frutos y Nayara Basilio.

Irene de Miguel con los diputados de Unidas José Antonio González Frutos y Nayara Basilio. / JORGE ARMESTAR

Vergeles, por su parte, acusó al PP de poner «el precio de la cuna» al estado del bienestar. «Lo están haciendo en educación, en sanidad y en los servicios sociales. Con usted sufren las clases medias y trabajadoras, los jóvenes tienen más incertidumbres y los extremeños son menos iguales», afirmó. Tras criticar la falta de proyecto y ambición de Guardiola y sus «silencios atronadores» sobre el regadío de Tierra de Barros y las infraestructuras, Vergeles puso el foco en la política fiscal y aseguró que la bonificación el IRPF a los nuevos residentes, uno de los principales anuncios de Guardiola, solo servirá para alentar el fraude. 

«Han puesto el precio de la cuna al estado del bienestar. Con ustedes los extremeños son menos iguales»

José María Vergeles

— Presidente del Grupo Socialista

«Mírense y piensen si esta es la oposición que merece Extremadura», se quejó la presidenta tras lamentarse de no escuchar «ni una sola solución». «No tienen argumentos, sino ideas preconcebidas en despachos de Madrid», dijo para después pedir al PSOE y Unidas que dejen atrás su «año de duelo» y reconsideren su «talante» para lo que queda de legislatura. «Nada de siglas, déjenlas a un lado, solo Extremadura, solo nuestra región, solo su gente», dijo Guardiola tras lamentar que «el griterío» haya quitado espacio a un debate que es necesario para el acuerdo.

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