El texto espera ahora las aportaciones del sector

El nuevo decreto para evitar robos de aceituna en Extremadura mira a los puestos de compra

Obligará a prensas y almazaras a llevar a un registro documental y adoptar medidas higiénico-sanitarias

Será necesario también identificar previamente el vehículo en el que se vaya a efectuar el transporte

La Guardia Civil ha realizado este año 690 inspecciones que se han saldado con 102 personas detenidas

Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil para evitar el robo de aceitunas.

Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil para evitar el robo de aceitunas. / EL PERIÓDICO

El último caso se conoció hace apenas dos semanas: un vecino de Robledillo de la Vera al que la Guardia Civil investiga por el robo de algo más de 5.000 kilos de aceitunas en varios olivares. Entregó parte del fruto sustraído en la almazara de una localidad cercana sin que se requiriese ningún tipo de documentación y llegó a procesar 25 litros de aceite. Para evitar situaciones como esta, la Junta de Extremadura trabaja ya en la elaboración del nuevo decreto de trazabilidad de uvas y aceitunas, que pone el foco sobre todo en los puntos de recepción, compra y recogida de producto sin transformar. 

«Es un hecho evidente el aumento de estos delitos, sobre todo en situaciones coyunturales de incremento de precios», reconoce la propia Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible en el borrador del decreto. El texto se acaba de publicar en el Portal de Transparencia de la Junta y está en plazo de consulta previa y presentación de sugerencias. La consejera, Mercedes Morán, ya avanzó el pasado septiembre su intención de aprobar una nueva normativa que sustituya a la del año 2016 y ahora, en el propio texto se explica que la situación del sector «ha evolucionado tanto» que además de aumentar las inspecciones y controles, hay que introducir nuevos requisitos para asegurar la trazabilidad de los productos y «disuadir» las actividades ilícitas.

Ahora se pretende conocer todo el itinerario del producto a través de un registro de documentos que incluye novedades como la identificación del vehículo de transporte «para evitar que las producciones ilícitamente sustraídas se incorporen de forma fraudulenta a la cadena alimentaria». El objetivo es que sea posible garantizar el origen y destino de uvas y aceitunas en cualquier momento de la fase de transporte, así como en los puntos de recepción, tanto si los frutos proceden de parcelas extremeñas o de otras provincias o Portugal.

A estos establecimientos se les impondrán también nuevos requisitos documentales para garantizar de dónde se han recolectado uvas y aceitunas: quién es su propietario, el producto del que se trata, la matrícula del vehículo que efectúa el transporte, número de CNT o carta de porte, peso neto en kilogramos y todos los datos del establecimiento donde se van a entregar, así como su propietario. Así mismo, se establecen unos requisitos mínimos en materia higiénico-sanitaria para controlar la calidad de los productos y dar más garantías a los consumidores. 

Desde el departamento que dirige Mercedes Morán explican que se trata de un documento «vivo y abierto a aportaciones, por lo que aún queda recorrido para que se modifique» antes de su aprobación definitiva. El Ejecutivo espera ahora las sugerencias del sector, que ya había puesto sobre la mesa la necesidad de estrechar el cerco sobre los puntos de recepción: si nadie compra, no se producirán esos robos. No en vano, ya en esta campaña los esfuerzos se han centrado tanto en la vigilancia de las fincas como en el control sobre los puestos de compra, incluso con medios aéreos y el Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil. 

Inspecciones y sanciones

Era el mayor temor de los productores para la campaña que acaba de terminar: que un precio por encima de lo normal disparara los robos de aceituna. Solo en la comarca de Tierra de Barros, asociaciones y organizaciones agrarias han cifrado en más de un millón los kilos de fruto sustraído, pero lo cierto es que los datos facilitados por la Delegación del Gobierno en Extremadura no llegan tan lejos. 

A fecha 30 de enero se estimaba el robo de unos 273.000 kilos de aceituna en toda Extremadura, frente a los casi 280.000 kilos sustraídos durante el año anterior. Ya con la campaña finalizada (acabó el pasado 1 de marzo), la Guardia Civil ha podido recuperar un total de 150.349 kilos, la mayor parte de ellos en la provincia de Badajoz: 127.349 kilos, frente a los 23.000 incautados en la provincia de Cáceres. En toda la región se han realizado un total de 690 inspecciones, que se han saldado con 102 personas detenidas o investigadas (88 en Badajoz y 14 en Cáceres). Además, se han interpuesto 663 sanciones. 

Uno de los últimos robos que se ha conocido ha tenido lugar en Jarandilla de la Vera: un vecino de 54 años que está siendo investigado por un delito de robo con fuerza y cuatro delitos de hurto tras sustraer algo más de 5.000 kilos de aceitunas procedentes de varias fincas del municipio. Llevó la carga robada a una almazara de otra localidad cercana junto a aceitunas procedentes del terreno de un familiar para pasar desapercibido. No se le llegó a requerir ningún tipo de documentación para garantizar la trazabilidad e incluso llegó a procesar 25 litros de aceite, que también incautó la Guardia Civil. 

Para evitar que situaciones como esta se repitan, las organizaciones agrarias exigen que se aumenten los medios en la mejora de la vigilancia en el campo a cualquier hora del día con más personal, drones y helicópteros, y también que desde Salud Pública se lleve a cabo un incremento de inspecciones en los puntos de compra sospechosos y de dudosa legalidad. El nuevo decreto de trazabilidad, ahora en fase de tramitación, será el punto de partida de todo.

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