perspectivas ante el inicio del periodo estival

Los embalses de Extremadura, a la baja, afrontarán un verano más seco de lo habitual

La mancomunidad de Los Molinos inicia restricciones y en Tentudía temen un final de verano «muy complicado». El Guadiana (27%) tiene la situación más acuciante, pero el Tajo (47%) está 13 puntos por debajo que hace un año

Embalse de Alcántara en el año 2005, tras un periodo de escasez de lluvias.

Embalse de Alcántara en el año 2005, tras un periodo de escasez de lluvias. / EL PERIÓDICO

En la mancomunidad extremeña de Tentudía activaron a finales de 2021 el plan de emergencia por sequía y hace ya varias semanas que iniciaron las primeras restricciones para las casas de recreo de las nueve localidades que la integran (Bienvenida, Bodonal de la Sierra, Cabeza la Vaca, Calera de León, Fuente de Cantos, Fuentes de León, Monesterio, Montemolín y Segura de León) con limitaciones a tres horas de agua diarias (de 9.00 a 12.00). La zona tiene unos 22.000 habitantes y depende del embalse de Tentudía, uno de los más pequeños de Extremadura, con una capacidad de cinco hectómetros de agua, y acumula desde hace meses menos de un hectómetro. Es la cifra que recoge una semana más la actualización de datos del Ministerio de Transición Ecológica y hace tiempo que entre los alcaldes de la zona preocupa la situación. «El final del verano puede ser muy complicado», asevera el alcalde de Segura de León, Lorenzo Molina. 

Hace ya semanas que en esta mancomunidad están usando los pozos de sondeo para inyectar agua a la red general y no agotar las reservas del embalse, con el fin de facilitar también a las localidades que no tiene pozos que se puedan abastecer de lo que queda en Tentudía. De momento no contemplan recurrir a restricciones de abastecimiento (más allá de las activas en las zonas de extrarradio y segundas residencias), pero la mayoría de las localidades ya han renunciado a las piscinas municipales para este verano y en Segura de León buscan abrir nuevos pozos para ayudar a los ganaderos de la zona ante una situación que puede ser insostenible. «El pantano es un charco y estamos buscando agua donde no la hay, porque en la segunda mitad del verano podemos tener serios problemas», asegura Molina. 

La Aemet prevé un verano más caluroso y más seco de lo habitual, tras una primavera con la primera ola de calor

También han activado la alerta por sequía hace una semana en la mancomunidad de Los Molinos, donde el embalse está al 41% con 13 hectómetros embalsados y dependen de él 27 localidades de esta mancomunidad y la de Llerena. Las restricciones de momento afectan a las entidades con mayor consumo (se les solicitará que lo reduzcan) y al riego de parques y jardines o al funcionamiento de fuentes ornamentales. No habrá medidas para la población general, a la que sí se ha solicitado que se extremen las medidas de ahorro, según dio a conocer la Diputación de Badajoz. 

Precisamente este pantano se había contemplado como una posible alternativa para mejorar el abastecimiento de Tentudía a través de un baipás que no ven en esta zona que sea la solución. «Los Molinos tiene muchos problemas también y está muy bajo ahora mismo», reconoce Molina. Su alternativa sería una nueva presa, entre su pueblo y Cabeza la Vaca, aunque el terreno está en la Red Natura y teme que no prosperará.

Un verano "más seco" en Extremadura

Tentudía y Los Molinos son dos de los casos más acuciantes ante un verano que se presenta en Extremadura con «una mayor probabilidad de que las temperaturas sean superiores a los valores normales» y también de que las precipitaciones sean «inferiores a los valores de referencia», según las previsiones que ha dado a conocer este martes el delegado en Extremadura de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Marcelino Núñez. Es un escenario previsible para los meses de verano, pero que llega precedido por una primavera que ha sido ya complicada en cuanto a las temperaturas y que deja un balance «cálido» respecto al periodo de referencia, con la primera ola de calor del año hace solo una semana. La temperatura media del trimestre de marzo a mayo 2022 ha sido de 15.2, lo que suponen 0.6° más de lo habitual (14.6°).

En cuanto a las precipitaciones, aunque la primavera ha dejado un ligero superávit de 13,3 litros por metro cuadrado (un 112%) respecto al valor de referencia, es insuficiente para revertir el déficit acumulado en el invierno, el octavo más seco del periodo de referencia y que deja un año hidrológico seco hasta el momento, con un déficit acumulado es de 132 litros. 

Con ese escenario, los embalses inician el verano con problemas importantes en el caso del Guadiana y algo menos en la cuenca del Tajo. El volumen acumulado en la región se sitúa en el 37% de su capacidad, pero con diferencias notables en cada cuenca.

La situación más preocupante está en los embalses del Guadiana, que acumulan 2.100 hectómetros y están al 27% de su capacidad (siete puntos menos que en la misma semana de 2021). La comparativa de las principales masas de agua no deja dudas. 

El embalse de La Serena, el más grande de Europa, acumula 483 hectómetros de los 3.219 para los que tiene capacidad (está en el 15%); y lo mismo en el caso de los embalses del Cíjara (329 hectómetros, está al 21%); Alange (161 hectómetros, 18%) y Orellana (473 hectómetros, 57%). Hay que recordar que en el caso de la cuenca del Guadiana ya se han activado restricciones importantes también de riego como en el canal de Orellana, que ha dejado sin actividad a sectores como el del arroz, además de las limitaciones ya activas en más de una treintena de localidades. 

«Normalidad» en la cuenca del Tajo

La situación no es tan acuciante en el caso de la cuenca del Tajo, pero aún así las reservas se sitúan en el 47%, 13 puntos por debajo del nivel que había en el inicio del verano en 2021 (60,7%). La situación que describen los informes del organismo de la cuenca en todas las demarcaciones de Extremadura es de «normalidad»; pero es cierto que el volumen en todos los embalses está por debajo de las cifras del pasado año.

El embalse de Alcántara, uno de los que más afectado se vio el pasado verano por los desembalses, está al 48% de su capacidad con 1.521 hectómetros cúbicos de agua. Se sitúa casi 20 puntos por debajo que en la misma semana de 2021 (60.7%) y 30 puntos por detrás de la media de los diez últimos años, según los datos actualizados del portal embalses.net. En el caso de Valdecañas, se encuentra al 31% de su capacidad (cuatro puntos menos que hace un año) con 465 hectómetros embalsados. La diferencia es de 32 puntos respecto a la media de los diez últimos años (63%). La situación sin embargo se mantiene estable en el embalse de Torrejón (89%) que atraviesa el Parque Nacional de Monfragüe.

Un caudal mínimo pone coto a los desembalses del pasado verano

En septiembre de 2021 se aprobó el RDL 17/2021, para poner límites a los desembalses estableciendo un caudal mínimo cada mes y limitándolos en la medida en la que sean incompatibles con otros usos. La medida se aprobó tras la polémica que suscitaron los desembalses que se llevaron a cabo en pleno verano, que pusieron al límite la situación de masas de agua como la de Valdecañas o la de Alcántara. El texto obliga a que las confederaciones fijen al inicio de cada año hidrológico un régimen mínimo y máximo de caudales mensuales a desembalsar en las masas mayores de 50 hectómetros cúbicos, tanto en situaciones de normalidad hidrológica como de sequía prolongada, así como un régimen de volúmenes mínimos de reservas embalsadas para cada mes. Establece también «la explotación racional», que resulte compatible con el desarrollo de las actividades económicas sostenibles en los municipios ribereños. 

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