Trenes

El Gobierno alarga los plazos de la opa a Talgo para encontrar otro socio industrial

El Consejo de Ministros debe aceptar o rechazar la opa de Magyar Vagon, mientras sondea a otros posibles candidatos

El Talgo Avril llega a Galicia para iniciar sus prueba.

El Talgo Avril llega a Galicia para iniciar sus prueba. / Fernando Casanova

El Gobierno alarga los plazos para autorizar la pública de adquisición (opa) que lanzó la empresa húngara Magyar Vagon sobre Talgo el pasado 7 de marzo. Desde el día 22 de ese mismo mes, la Junta de Inversiones Extranjeras (JINVEX), analiza ya el folleto de la operación. Este organismo, dependiente del Ministerio de Economía y Comercio, debe realizar un informe que utilizará el Consejo de Ministros para tomar una decisión sobre si acepta o no la inversión, aunque este no será preceptivo.

Desde que la JINVEX tiene en su poder toda la documentación han pasado ya más de 70 días. El organismo cuenta con hasta tres meses para responder a la petición realizada por el consorcio húngaro, plazo que vence el próximo día 22 de junio. En cualquier caso, si se diese el caso de que la petición no fuera respondida, se entiende que ha sido denegada. El Periódico de España, del mismo grupo editorial, ha solicitado una copia del informe, sin éxito. Economía y Comercio denegó la solicitud alegando que "se trata de información clasificada", aunque tampoco han precisado de sí ya ha sido elaborado y elevado al Consejo de Ministros.

El Gobierno, hasta el momento, ni siquiera ha querido escuchar la propuesta industrial de Magyar Vagon. Ni siquiera ha mantenido encuentros o reuniones con representantes o directivos del consorcio húngaro, a pesar de que se han enviado varias cartas para ello, según confirman. El Ejecutivo ha expresado públicamente su rechazo a la operación, en palabras de Óscar Puente y Jordi Hereu, ministros de Transportes e Industria, respectivamente, al considerar que el capital que apoya la inversión húngara podría llegar a ser de origen ruso.

Búsqueda de otros inversores

Partiendo de esta premisa, el Gobierno inició una ronda de contactos para buscar otro posible candidato que estuviese dispuesto a hacer una 'contraopa'. Esto no se antojaba fácil: en 2021, Trilantic, máximo accionista de Talgo, contrató a Citi para vender su participación sin éxito hasta este año. El primero en sonar fue Criteria, el brazo inversor de la Fundación La Caixa. Este inversor institucional condicionó la operación a ir acompañado de un socio industrial, que por el momento no ha llegado.

Tanteados otros fabricantes, por el momento ninguno ha visto la compra de Talgo como una buena operación. La española CAF, más centrada en fabricar tranvías o trenes de corta distancia, no vio sinergias con su negocio. Tampoco otras empresas europeas, como Siemens y Alstom, que descartaron adquirir la española por su pequeño tamaño.

La única que hasta el momento sí encajaría es la checa Skoda Transportation, según avanzó El Economista. Por el momento, fuentes próximas al Ejecutivo únicamente apuntan que la 'contraopa' está encauzada y que esperan cerrarlo "pronto", aunque dejan la puerta abierta al nombre propio que estaría detrás. En esta ronda de contactos, el Ejecutivo habría tocado también a la puerta a Escribano, máximo accionista de Indra, según informó 'El Confidencial'.

El tiempo apremia y cada vez son menos los días por delante para desencallar la operación. Las posiciones de uno y otro están claras: Trilantic y el resto de accionistas esperan pacientes la oferta que mejor le satisfaga, el Gobierno busca que algún inversor lance la 'contraopa' y Magyar Vagon que no lo consiga. Mientras tanto, la JINVEX y el Consejo de Ministros demoran todo lo posible los plazos.

La posición más débil es la del consorcio húngaro, que tiene poco que ganar. Únicamente, si la oferta es autorizada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), algo que nunca ocurriría si primero no da el visto bueno el Gobierno, y finalmente esta no prospera, recibiría una compensación por los costes que ha supuesto hasta ahora todo el proceso, que fue acordada con Talgo en 3,09 millones de euros. En cambio, si es el Ejecutivo el que la rechaza, Magyar Vagon se irá con las manos vacías y un pequeño roto en sus arcas.