Fútbol extremeño

El concurso de acreedores del Extremadura UD es declarado culpable

Las sanciones no dan para que la mayoría de acreedores puedan cobrar su dinero

Mientros de la última directiva del Extremadura UD con Bernardo Silva, administrador concursal.

Mientros de la última directiva del Extremadura UD con Bernardo Silva, administrador concursal. / EP

El Juzgado de lo Mercantil de Badajoz ha declarado culpable el concurso de acreedores del Extremadura UD. Hace meses que se esperaba una respuesta sobre si sería culpable o fortuito. La Ley Concursal establece que un concurso es culpable cuando el empresario está incumpliendo la ley al aprovechar una salida que evite enfrentarse a sus obligaciones. 

Esta declaración afecta a Manuel Franganillo, presidente del club, y a Emirates Khalifa Capital, grupo que firmó un desembarco de dinero que nunca llegó. Ambos tendrán que indemnizar a la masa con 150.000 euros, ya que la jueza ha aprobado el acuerdo transaccional de las partes afectadas y la administración concursal sobre las consecuencias económicas de la calificación. El pacto conlleva un pago de 9.000 euros por parte de Franganillo y de 141.000 euros por parte de Emirates Khalifa. Según informa la parte jurídica del expresidente, las cantidades ya se habrían depositado en la cuenta judicial. Franganillo también ha sido inhabilitado para administrar bienes ajenos durante un periodo de dos años. 

La resolución deja sin efecto las peticiones que había realizado tanto la Administración Concursal como el Ministerio Fiscal. La primera pedía una condena por responsabilidad económica a Franganillo de 51.215 euros. El fiscal solicitaba 4.816.269 euros, es decir, cubrir el déficit concursal. La sentencia ha sido emitida por la jueza Zaira González este mes de julio y ante ella cabe interponer recurso de apelación. 

La jueza interpreta en su exposición que la condena al expresidente se reduce porque Franganillo retrasó la liquidación ante la esperanza de que la sociedad tuviera continuidad con la inversión esperada, sin que existiera beneficio alguno para el administrador.