Examinar la figura deportiva de María Ribera (Badajoz, 8 de julio de 1986) solo lleva a un camino. Y es que su perfil adquiere caracteres de verdadera leyenda del rugby nacional, aparte de su peso como referente extremeño. Internacionalidades con presencia olímpica, títulos nacionales e incluso fuera, en Inglaterra, y entrenadora de uno de los clubs más importantes completan una hoja de servicios top.

Sin embargo, y pese a agregársele a todo ello su condición de licenciada en Ciencias del Deporte, «soy como otros muchos españoles en estos momentos: estoy buscando trabajo», cuenta ella misma. Toda una paradoja que no le hunde, más bien al contrario. «Soy de espíritu positivo», agrega, para después apelar destendidamente «al karma» para que cambie la coyuntura «y que me pueda devolver en algún momento lo que he podido dar yo».

Sí. Ribera está en el paro y sin derecho a prestación alguna «porque nunca he cotizado», pese a haber participado en actividades e iniciativas de diversa condición. Su dedicación al rugby no se lo ha permitido y, de hecho, dejó de jugar para reenfocar su vida a intentar ver su vía más práctica, fuera de la vena romántica del amor al deporte. «Podría haber seguido y cobrando 1.100-1.200 euros por las becas ADO y lo de la Junta, pero decidí dejarlo para pensar en mi vida».

Lo de los años anteriores le ha permitido ahorrar «porque siendo deportista de élite gastas poco y tengo para afrontar los gastos de ahora», entre ellos los 460 euros de su habitación en la zona de Prosperidad, en Madrid, donde reside y donde se encuentra confinada «estudiando proyectos para poner en marcha y sobre todo mandando currículums».

«Ahora acabo de echar uno», dice esta histórica de las leonas, que lograron un diploma olímpico en Río 2016 contra el pronóstico más optimista. «La vida es dura para todos», recalca. Ribera continúa con su formación académica y se prepara también físicamente al tiempo que ha programado en el confinamiento una actividad en una cuenta de instagram con una compañera «para ayudar a la gente que quiera estar en forma». Es @unlimited_rugby y dan clases lunes, martes y jueves a las 18.00 y sábados a las 12.00.

¿Por qué ha llegado a esa situación de estar buscando trabajo alguien con su hoja de servicios de este nivel? La pacense lo explica con nitidez. «Es una cuestión de falta de estructuras en deportes minoritarios como el rugby, en el que no hay oportunidad de vivir de él y tener un sueldo más o menos digno porque no existen puestos remunerados. Me siento capacitada para la dirección deportiva también para otros deportes, pero no hay posibilidades en los clubs o las federaciones». Ni siquiera para ella, insiste, siempre mirando en positivo.

«Me encanta lo que hago, y sé que lo podría hacer bien», insiste la pacense, que en la última competición con ella de entrenadora en el Sanse, «estábamos en semifinales, pero se canceló la liga…». Ahí, como en otros tantos sitios, ha percibido un mínimo muy mínimo, como en los entrenamientos de cantera y otras actividades en las que se ha involucrado tan pasionalmente... como en todo.

Siempre reivindicativa, ha sacrificado su perfil individual en beneficio del colectivo. Crítica con el machismo históricamente imperante, se congratula de los pasos en firme que se han dado en los últimos años y que harán que «los más jóvenes tengan más oportunidades». «Ahora se ve que hay un poco más de profesionalismo», afirma. Es María Ribera, leyenda que busca trabajo.