El actor protagoniza, junto a Agustín Jiménez y Félix Alvarez 'Felisuco', 'La cena de los idiotas'. Hoy en el teatro Alkázar de Plasencia y mañana en el López de Ayala de Badajoz

Uno de los éxitos del cine francés, La cena de los idiotas , sube al teatro en la versión que el actor cómico Josema Yuste presenta (como productor y coprotagonista) en Extremadura (una función, hoy en el teatro Alkázar de Plasencia, 20.30; y dos, mañana en el teatro López de Ayala de Badajoz, 19.30 y 22.00).

La trama gira en torno a una fiesta que unos amigos organizan cada miércoles y que está presidida por un reto: ver quién es capaz de llevar al invitado más idiota de todos.

--Hace más de una década vio la película La cena de los idiotas y le marcó. ¿En qué le marcó?

--Que era una comedia que se salía de los cánones de la comedia clásica. Que en principio parecía poco divertida, pero te reías, te dejaba pensando por su tono de ternura, pero también por su crueldad. Era diferente.

--Y creó una productora para montar este y otros montajes.

--Sí. Decidí aliarme y busqué otros dos socios con los que tenía cierta amistad y con los que he hecho otros dos montajes. Es una forma de afrontar los riesgos, pero también los beneficios.

--¿Cómo es su versión?

--Me he basado en la película ciñiéndome fielmente al guión, que ya es de por sí teatral. Pero, pensando en lo que tenemos encima, he acentuado la carga cómica llevando las situaciones a terrenos delirantes.

--¿Eligió el papel que quería hacer?

--Cuando la vi, me imaginé haciendo el personaje del idiota. Pero pasado el tiempo, me dije que no. Como actor lo puedo defender. Pero no me va nada físicamente. Es un personaje que tiene que dar pena, y yo no doy pena. Iba a sentirme disfrazado y no quedaría natural. Así que elegí el listo.

--¿Cómo es posible no distinguir a los estúpidos?

--En realidad, hay dos personajes extremos: uno listo y enterado, y otro, un idiota total. Pero al final uno duda de quién es el auténtico idiota.

--Dejó atrás Martes y trece y hace un par de años formó pareja con Florentino Fernández. ¿Qué le lleva a estas asociaciones?

--Busco el disfrute del público, que gana con las uniones temporales de cómicos. Y luego, a mí me aburre muchísimo trabajar solo. Me da pereza. Me gusta trabajar en grupo, me lo paso mejor. Y como espectador debo confesar que ante un solo actor a la media hora ya me quiero ir.

--Su trayectoria apenas ha tenido descensos desde Martes y 13. Ha seguido trabajando en el teatro y en la televisión o haciéndo doblaje.

--Bueno, ha habido momentos malos, pero sacas lecciones de todo. Y tengo la suerte, en general, de que caigo bien a la gente; tengo, como se decía, el favor del público. Luego hay que demostrarlo.

--¿Y a usted qué le hace reír?

--Lo mismo que a cualquiera: un buen espectáculo, un buen cómico, los chascarrillos que te cuentan los amigos, un chiste de Chiquito de la Calzada...