Opinión | El bombo

¿Qué va a ser de nosotros?

Actualmente, contamos con 97 municipios con menos de 500 habitantes

En 2037, el grupo de edad más numeroso será el de los nacidos entre 1981 y 1972, que tendrán de 55 a 64 años.

En 2037, el grupo de edad más numeroso será el de los nacidos entre 1981 y 1972, que tendrán de 55 a 64 años. / EL PERIÓDICO

Si las estadísticas no mienten la provincia de Cáceres pasó de tener 415.083 habitantes en 2010 a 388.257 en 2023. Nada novedoso pues Extremadura es una región que pierde residentes paulatinamente desde hace más de diez años. No sería arriesgado dar por sentado que esta tendencia va a continuar e incluso puede incrementarse dada la edad media de la población y las expectativas que tienen ante sí los jóvenes. 

Actualmente, contamos con noventa y siete municipios con menos de 500 habitantes y cincuenta y tres con menos de cien cuyo porvenir no es nada halagüeño ante los cuales se presenta el dilema de si los dejamos caer por su propio peso o aceleramos su desaparición. 

Muchos de estos municipios continúan existiendo gracias al alivio y asunción de competencias que han tomado las mancomunidades. Ni siquiera puede decirse que en un futuro no muy lejano todos viviremos en Cáceres y en Plasencia pues ambas pierden población a pesar de la llegada de inmigrantes.

Pensar en que los trabajadores digitales llegarán a nuestros pueblos es imposible de creer pues lo lógico es que si acaso lleguen a localidades próximas a Cáceres, Plasencia, Navalmoral... Donde pueden encontrar alicientes los fines de semana. 

Es imprescindible plantearse una reestructuración del mundo rural y de las instancias políticas que los rigen porque en España hay al menos cinco estructuras que inciden en su diario devenir.

El Estado, la Comunidad Autónoma, la Diputación, la Mancomunidad y el Ayuntamiento que, paradójicamente, han aumentado la contratación de servicios a empresas privadas y sin embargo aumentan sus trabajadores.

En estos momentos somos los abastecedores de energía que permite a España marchar como un tren, según dice el Presidente del Gobierno, pero eso no nos ha servido para nada. Ni siquiera es una singularidad , en estos tiempos de singularidades, aunque no sería de extrañar que pasáramos a ser una singular reserva de caza.