Caídas, abandono e insalubridad es lo que denuncian los vecinos del bloque 13 de la calle Gil Cordero. El motivo, el mal estado en el que se encuentra el arriate situado frente a este portal.
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Una de los residentes, Isabel Zaballos, explica a este diario que conviven con esta situación desde hace unos tres años. «Es peligroso, antiestético y antihigiénico, está abandonado a pesar de que vivimos en el centro de la ciudad», subraya la vecina.
Cuenta que la zona se ha convertido en un «foco de infección» por la aparición de ratas. Comenta que una de ellas estuvo muerta en ese lugar durante unos cuatro días antes de que se la llevasen. Habla de la existencia de cucarachas que rondan por la acera, principalmente por la noche, y cómo la insalubridad crece porque los perros realizan sus deposiciones en esta zona ajardinada.
No solo es un peligro por las ratas y las cucarachas, también por las caídas de diferentes residentes. Asegura que «ya he visto caer a más de dos personas por el alambre. No lo ven y se tropiezan», indica. Por ello, Zaballos reclama al consistorio que arregle este arriate y remarca que la administración municipal debería ocuparse de esta calle. «Está muy abandonada; cuando la ves te da una sensación feísima», apostilla.
La misma opinión comparte Antonio Godoy, un vecino del bloque, que con 74 años se tropezó con el alambre que rodea el arriate. El hombre se cayó el pasado sábado por la tarde sobre las 19.00 horas y precisó de ayuda para poder levantarse. Un matrimonio que paseaba por esta calle le auxilió.
A causa de esta caída, Godoy fue trasladado al hospital en ambulancia, donde le confirmaron que se había partido el hombro en tres partes. Por ello, tendrá que ser operado mañana y se estima que no se recuperará, como mínimo, hasta dentro cuatro o cinco meses.
Para que esta situación no se repita, Antonio Godoy pide que la zona se arregle o que pongan «una cinta de peligrosidad» para advertir al resto de viandantes y tomen sus precauciones.