EL PROBLEMA DE LOS RECURSOS HUMANOS

Las empresas se desesperan sin trabajadores, mientras Cáceres suma 25.000 parados

No hay mano de obra suficiente para sectores que exigen una formación elemental, pero tampoco para los que necesitan personal cualificado.

Los negocios cacereños se las ven y se las desean, ralentizando su producción, mientras un informe de BBVA e IVIE lanza la alerta: España tiene su máximo histórico de puestos sin cubrir

La construcción tiene mucha necesidad de personal, pero el problema ya se extiende a numerosos sectores.

La construcción tiene mucha necesidad de personal, pero el problema ya se extiende a numerosos sectores. / EUROPA PRESS

«Ahora mismo en Grúas Eugenio necesitamos contratar entre 16 y 20 personas: administrativos, conductores, gruístas y mecánicos. No hay forma. Hemos tenido finalmente que contratar a una persona de Recursos Humanos, una figura que nunca pensé que fuera necesaria en Extremadura, y hemos creado nuestros propios cursos de formación. Aun así lo vemos muy complicado». Quien habla es Diego Hernández, uno de los titulares de esta empresa familiar de cuarta generación y a su vez responsable del Círculo Empresarial Cacereño y de Coepca, la primera confederación empresarial de Cáceres. Pedro Rosado, secretario general de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), y Gabriel Álvarez, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cáceres, corroboran que la falta de personas que quieran acceder a un empleo se ha convertido en el «mayor» y «principal» lastre de la actividad económica

Y ello en una provincia que tiene 25.055 parados (9.705 hombres y 15.350 mujeres según los últimos datos del Sexpe), y en una ciudad como Cáceres que registra 6.240 desempleados (2.474 hombres y 3.766 mujeres). A esto se suma el envejecimiento poblacional, y el hecho de que Cáceres esté en el vagón de cola de las provincias con menos inmigrantes.

Un informe de BBVA e IVIE publicado el pasado miércoles lanza la alerta. España tiene su máximo histórico de puestos de trabajo sin cubrir (149.962 según el INE), lo que resta 8.000 millones de euros al PIB. Dicho claramente: estamos ante un serio palo en las ruedas para que un país prospere.

«Se trata de una catástrofe prácticamente en todos los oficios. Siempre se habla de la construcción, el campo y la hostelería, pero tampoco hay camioneros, ni carpinteros, ni electricistas, ni técnicos, ni personal para el sector servicios, absolutamente nada», advierte Diego Hernández. «En un momento en el que la actividad es buena, muchas empresas no pueden desarrollarse», lamenta.

«En Grúas Eugenio necesitamos contratar entre 16 y 20 personas. Lo vemos muy complicado»

DIEGO HERNÁNDEZ

— Empresario / Presidente del Círculo Empresarial Cacereño y de la Confederación Empresarial de la Provincia de Cáceres

La falta de mano de obra ya es, sin duda «el primer problema de las empresas». «Se está instalando una mentalidad de que hay trabajos que se rechazan, e incluso todos vemos evidencias de que es posible el lujo de vivir sin trabajar. Curiosamente existe demanda de personal, pero no hay demanda de trabajo, pese a los miles de parados apuntados al Sexpe», dice perplejo el secretario de la FEC. «Personalmente soy socio de una pequeña empresa de construcción y no podemos asumir más obras, en un momento de buena actividad, porque no tenemos empleados suficientes», revela Pedro Rosado.

Sistema «insostenible»

De seguir la misma trayectoria, «llegará un momento en que si la gente no cotiza, no habrá quien mantenga este volumen de bienestar y de ayudas sociales. Me temo que los que trabajamos deberemos ir retrasando más y más la jubilación. Un sistema que cada vez tiene más gastos y menos ingresos es insostenible», advierte Rosado.

« Soy socio de una pequeña empresa de construcción y no podemos asumir más obras sin más personal»

PEDRO ROSADO

— Empresario / secretario general de la Federación Empresarial Cacereña

Gabriel Álvarez, presidente de la Cámara, experimentado conocedor de la economía cacereña, asevera que no se trata solo de un problema en los sectores que necesitan mano de obra menos cualificada, sino que afecta seriamente a los que requieren empleados bien formados, «como el tecnológico». «Falta mucho personal técnico, ingenieros…», detalla. Ahora mismo no hay problema mayor para las empresas que éste y, si no se resuelve, va a lastrar claramente el crecimiento y la competitividad de todo el tejido empresarial», asegura Gabriel Álvarez.

De hecho, en una provincia tan dispersa como la cacereña, con pequeños núcleos con menos posibilidades de empleo, «ni siquiera el sector forestal tiene fácil encontrar trabajadores, y lo de la agricultura se agrava: cada año resulta más complicado realizar contratos para recolectar las cosechas. En la ganadería resulta casi imposible conseguir mano de obra», describe Gabriel Álvarez desde la Cámara.

DESEMPLEO EN CÁCERES

  • El 70% de los parados de la provincia cacereña no tienen título de ESO (7 de cada 10)
  • El 72% pertenece al sector servicios, a años luz de otros sectores
  • El 49% tiene más de 50 años, una barrera para el empleo

El propio Diego Hernández ha presenciado cómo grandes empresas fotovoltaicas han acudido a talleres cacereños de formación para el empleo con el fin de contratar a personal que instale placas, y se han ido casi de vacío. «Los alumnos terminan un curso y se apuntan a otro. Por supuesto no se puede generalizar, pero hay quien no da el paso a trabajar. Y existen cursos enfocados al empleo que se quedan desiertos», lamenta.

«Si la situación no se resuelve, va a lastrar claramente el crecimiento y la competitividad de todo el tejido»

GABRIEL ÁLVAREZ

— Empresario / Presidente de la Cámara de Comercio de Cáceres.

De modo que muchas empresas están tratando de cuadrar el círculo para contratar sustituciones que permitan cubrir las vacaciones. Las hay que no tienen más remedio que parar toda la actividad. Otras ni siquiera pueden agarrarse a esa opción. «No queremos ni pensar qué ocurrirá si reducen la jornada a 37 horas semanales. En Extremadura todavía no sacamos la productividad necesaria por jornada, con lo cual, si además tenemos que contratar refuerzos, ¿cómo lo haremos?», se pregunta Diego Hernández.

Salarios en condiciones

«Y ya no se trata de una cuestión de que los puestos estén mal pagados. La construcción, por ejemplo, está abonando a sus trabajadores unos 1.600 euros limpios al mes, con una de las jornadas más cortas de todos los sectores de producción. En el último convenio general se ha establecido además que hay que pagar al personal un plan de pensiones, y aun así no hay manos», retrata Pedro Rosado.

La hostelería, que tiene «buenos salarios» y que además «está pagando por encima del convenio», tampoco cubre plazas. En el campo «tres cuartos de lo mismo». «Si queremos alimentos, hay que recoger las cosechas; si queremos viviendas, tiene que haber construcción; si queremos un momento de ocio, debe haber trabajadores en la hostelería. Son sectores esenciales que no pueden afrontar su actividad», alerta el secretario de la FEC.

Hay otros casos. «Por ejemplo, tampoco se encuentran mecánicos de automoción pese a ser una opción bastante bien remunerada y con un horario ajustado, pero exige cada vez mayor cualificación y no consigue personal».

Y así con «muchas profesiones» que no cubren sus plantillas. «Estamos llevando a la sociedad a una cultura en la que el ocio supera al trabajo, en la que el esfuerzo no es un valor, y no todo el mundo puede vivir de la cultura del pelotazo», reflexiona Pedro Rosado.

La solución, en tres pasos

No se puede pasar por alto ni esperar a que las soluciones lluevan del cielo. La falta de trabajadores en distintos sectores compromete seriamente el progreso, no sólo el empresarial o económico, también la política de bienestar que necesita las aportaciones de los asalariados. Según explica Gabriel Álvarez, veterano empresario y presidente de la Cámara de Comercio de Cáceres, hay «tres fórmulas clave» para solventar la situación: 

1. Formación especializada

 «El sistema educativo, incluido el universitario, tiene que adaptarse de forma ágil y clara a las necesidades de personal cualificado que tiene el sector empresarial, y eso requiere una profunda reforma», explica. Así, deben promoverse programas de formación especializados en las actividades que mayor demanda laboral presentan, siguiendo el ejemplo del modelo alemán, que tan buenos resultados ofrece (el alumno pasa más del 60% de las horas en prácticas). 

Es cierto, reconoce, que ese proceso ha comenzado en España y en Extremadura. La Junta pretende que toda la FP (560 ciclos) sea dual ya en el curso 2024-2025 (hasta ahora lo era el 40%), para acercarla a la realidad del mercado. Con este objetivo se invertirán 10,2 millones y se alcanzarán los 2.000 convenios con empresas. El presidente de la Cámara considera esencial poner en valor la FP, «una opción fundamental con una salida extraordinaria», y que la Universidad siga el mismo proceso, especialmente las carreras técnicas, debido a la gran necesidad de estos profesionales. «Faltan años para que el modelo dual de FP comience a dar resultados prácticos, y en cuanto a la Universidad, no vamos a tener mil ingenieros más de un curso para otro, por eso es necesario comenzar cuanto antes», subraya.

 En cuanto a los cursos directamente enfocados a la inserción laboral, el presidente del Círculo y de Coepca, Diego Hernández, entiende que la Administración está haciendo «un esfuerzo muy importante», pero recuerda que no solo hay que dar formación para los grandes proyectos que vienen (la gigafactoría de Navalmoral, la fábrica de semiconductores de Trujillo las tecnológicas). «La inmensa mayoría del tejido extremeño lo forman micropymes, por eso necesitamos formación exprés en mecánica, albañilería, conductores, hostelería... Si se demora, muchas empresas habrán cerrado».

2. Facilitar los trámites para la contratación de extranjeros

Mientras cuajan esos nuevos parámetros formativos, el presidente de la Cámara entiende muy necesaria otra medida de choque: «Simplificar los trámites de contratación de trabajadores extranjeros cualificados». Ese proceso se ha iniciado, «pero hay que darle un nuevo impulso para facilitar una inmigración ordenada». Muchos sectores requerirán personal con urgencia en los próximos 2-3 años, hasta que el sistema educativo consiga adaptarse a lo que precisa el mercado.

«Cáceres tiene incluso un problema más agudizado: aquí la inmigración es menor. Los extranjeros traen la mentalidad de sus países de origen y prefieren quedarse en ciudades más grandes porque piensan que hay más posibilidades, cuando en España los servicios están extendidos. En nuestra provincia es posible vivir con un sueldo de 1.500 €, pero no en Madrid», analiza el secretario de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), Pedro Rosado. No obstante, «empieza a percibirse mayor movilidad».

De hecho, Cáceres figura como el décimo municipio (de los 126 más poblados del país) con menos extranjeros. Solo el 3% de los residentes nacieron en otros países, según el INE. Y además, Pedro Rosado afirma que «resulta dificilísimo traer un contingente de trabajadores extranjeros. Los propios sindicatos dicen que no son necesarios en la medida en que la empresa los necesita, y nosotros estaríamos encantados de incorporarlos de manera absolutamente legal, con su Seguridad Social, como en otros muchos países», sostiene.

Y por cierto, vaya por delante: «todos los sectores deben tener y mantener unas condiciones laborales y salariales competitivas, que ya están haciendo la mayoría, pero debe ser un principio básico», rubrica el presidente de la Cámara.

3. Revisar las políticas de empleo

Habría que plantearse un tercer punto: «no es normal que Extremadura tenga 73.700 parados (datos mayo 2024) y las empresas necesiten 15.000 trabajadores que no encuentran», argumenta Gabriel Álvarez. Los colectivos empresariales creen necesario revisar las políticas activas de empleo, «porque no es normal que una persona en paro pueda rechazar sistemáticamente las demandas que recibe, siempre que tengan buenas condiciones. Debería ponerse un límite a ese número de rechazos, ordenar el sistema, porque de lo contrario crearemos un paro crónico y estructural que no está justificado en un país donde se necesitan tantos trabajadores», señala.

Diego Hernández, desde Círculo y Coepca, propone incluso dar la vuelta al sistema: «que la Administración, en lugar de ayudar al que va rechazando ofertas, ayude al que trabaja, y más aún si lo hace en zonas afectadas por la despoblación. Por ejemplo, con una aportación mensual por incorporación y permanencia en un puesto. Sería un incentivo al trabajo, fomentaría las cotizaciones y el país tendría más recursos», plantea. 

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