Obituario

En memoria de José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora, fallecido en Cáceres

José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora.

José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora. / Cedida a El Periódico

José Luis Montero Casado de Amezúa

José Ignacio nos ha dejado. De repente. Sin avisar ni molestar a nadie. ¡Cuántos recuerdos se agolpan de más de cuarenta años desde que nos conocimos al trabajar los dos en el Instituto Nacional de Reforma y desarrollo Agrario (IRYDA), donde José Ignacio era responsable de los auxilio económicos para financiar mejoras en las explotaciones agrarias.

En aquellos años, -primeros años de la década de los ochenta- los domingos varios amigos solíamos ir a comer con nuestros hijos a sitios donde ellos pudieran jugar y correr sin riesgo, y nosotros tomar la tortilla de patata o el pollo del “Kirico”. De la amistad de los padres nació la actual amistad de nuestras hijas. Cuidábamos la familia siendo compañeros de trabajo porque nunca se mezcló, ni en lo más mínimo, amistad y trabajo.

La palabra que más define a José Ignacio es la profesionalidad. Lo fue en el IRYDA, lo fue cuando al producirse los traspasos a la Junta de Extremadura, tuvo la ocasión de mantenerse dependiente de la Administración Central, para incorporarse al área de trabajo que más le gustaba: las relaciones entre el suelo, el agua y la planta.

Tras ser nombrado Delegado de Agricultura, pasó posteriormente a ocuparse de los temas del regadío en la Junta de Extremadura, llegando en este campo del agua a ocupar la Presidencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, donde demostró su honradez al mantener su criterio profesional hasta final.

Su dedicación al mundo del regadío le llevó a participar como profesor en el CENTER, donde está el nivel más elevado del riego en España; participó de la Jornada sobre lo que fue el IRYDA, organizada por la Asociación de Ingenieros Agrónomos al servicio del Estado (ANIADE) ocupándose de la ponencia dedicada al regadío; es autor de numerosos artículos y trabajos, mereciendo especial consideración el que le publicó la Diputación Provincial de Badajoz, “El agua en Extremadura: usos, recursos y gestión del agua”.

Placentino de pro, en su juventud aficionado a los toros donde sé que hizo algún “pinito”, casado con Mariví, mujer templada, trabajadora y hacendosa de cuyo matrimonio nacieron dos hijas, que ya les han dado cuatro nietos. Escritor habitual en un blog personal sobre temas tan diferentes, como son el fútbol, el reconocimiento a la calidad de la asistencia sanitaria recibida con su reciente enfermedad, la labor de los ingenieros en el desarrollo de España y por supuesto el tema del riego donde propuso llevar a cabo los regadíos rentables en la Tierra de Barros. 

Por su sensibilidad musical gozaba con los “otoños musicales” de Cáceres y por algún motivo, que no recuerdo, me regaló un disco con el Adagio de Albinoni, que, desde entonces siempre que lo he escuchado me ha traído a la memoria a José Ignacio, amigo, compañero y profesional de la agronomía. Descanse en Paz.

José Luis Montero Casado de Amezúa es Ingeniero Agrónomo