«¿Qué pasa este año con el Orgullo?» Esa es la pregunta que más repiten estos días los vecinos de la barriada de San Blas. Al igual que Madrid tiene Chueca, Cáceres tenía San Blas, pero este año los actos de la diversidad no se celebrarán en la barriada y se han trasladado a la plaza Mayor. El argumento del ayuntamiento es que las obras de remodelación que se realizan en la avenida impiden el normal desarrollo del programa.
Orgullosos en Cáceres
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Conocida la notica, entre los vecinos y los hosteleros se respira descontento y desilusión. La vicepresidenta de la Asociación de Vecinos de San Blas, Lara Galán, es la primera en mostrar su disgusto. Argumenta que pese a las obras, las actividades podrían haberse desarrollado en el Parque de Valhondo o en la explanada de la ermita, donde tradicionalmente se instalaba el escenario.
Subraya que el consistorio cacereño «ni nos ha dado argumentos, ni nos han llamado por teléfono para decirnos que el Orgullo no se celebra en San Blas. No nos han dado ninguna alternativa». Desde su punto de vista, el gobierno local «quiere centralizar todo en la plaza, para que esos hosteleros sean quienes se beneficien, sin contar con el resto de Cáceres. Nosotros también tenemos derecho a ganar dinero». Y zanja: «Nos sentimos abandonados».
Pero, ¿cómo San Blas se convirtió en la ‘Pequeña Chueca’? Todo surgió en 2021 cuando, según cuenta Lara Galán, el exconcejal de Igualdad LGTBI, David Holguín, decidió que se celebrara en este barriada porque tenía «un vínculo muy grande» con ella y porque dedicaron una calle cerca de la ermita a Juan Manuel Domínguez Sierra, ‘El Bola’, todo un referente de los comienzos del movimiento en Cáceres.
Olivera Ortiz
«Este fin de semana voy a perder entre 2.500 o 3.000 euros porque no se celebra el Orgullo aquí»
Orgullo familiar
Rápidamente los vecinos, mayores y pequeños (todos a una) se volcaron con la fiesta del Orgullo, decoraron sus balcones con motivos LGTBI e incluso participaron en sus actividades, la más conocida el ‘Orgullo familiar’, que contaba con alta participación.
El Día Internacional del Orgullo LGTBI se conmemora hoy y desde sus comienzos en el barrio, los actos centrales se han celebrado en la explanada de la ermita. En su primera edición, según cuenta a este diario el exconcejal de Igualdad y actual edil socialista, David Holguín, el programa estuvo muy limitado por las restricciones que había por la pandemia.
Pero su impulso llegó en 2022. Ese año, por primera vez, la fiesta tenía «un gran formato». Fue en 2023 cuando llegó la «apoteosis», con la participación de la cantante Soraya Arnelas encabezando el cartel. La organización consiguió llenar la plaza con más de 5.000 personas.
A lo largo de todas estas ediciones, Holguín destaca la implicación «muy directa» tanto de los vecinos como de la asociación vecinal y de la hostelería. «Creo que es fundamental que en el futuro se recupere si no es en su totalidad, porque decidan que la Plaza Mayor es un buen espacio, sí parcialmente y que las actividades se compaginen entre el barrio y el centro de la ciudad».
¿Qué va a suponer para la hostelería de San Blas esta decisión? El sector lo tiene claro y habla de pérdidas económicas que se han agudizado con las obras en la avenida.
Para el hijo del propietario del Café-Bar El Paso, Juan Jesús Nieves, supone un inconveniente que no se celebre esta fiesta «supuestamente porque la zona ya se le queda pequeña», aunque reafirma que su ilusión sería que el Orgullo volviese a San Blas.
El Bar Salas
Este el deseo también del encargado del Bar Salas, Pablo Morales: «Esperemos que sea solamente este año y que el próximo volvamos a retomar esta fiesta en el barrio, llevamos ya dos años haciéndolo aquí y cada vez iba más».
El hostelero tiene esperanzas en que la gente que vaya a la fiesta en la plaza se baje a San Blas. Reitera que «no es lo mismo un fin de semana normal a un Día del Orgullo, que atiendes a 200 personas».
David Holguín
«En todas las ediciones ha habido una implicación muy directa de vecinos y asociaciones»
También ha mostrado su disconformidad con la pérdida de la fiesta la dueña de la Taberna El Refugio, Cristina Ojalvo. «Este año nos hubiese venido estupendamente porque la presencia de las obras ha aminorado las ventas... Como todo se lo llevan a la plaza». Igualmente, reitera que el traslado le acarreará «bastantes pérdidas».
«Este fin de semana voy a perder 2.500 o 3.000 euros», cuantifica finalmente el copropietario de la Multitienda San Blas, Olivera Ortiz. «Nos va a afectar negativamente», concluye.