Celebrar la diversidad

El Bola y Declara: ellos bordaron en su bandera el camino de la libertad en Cáceres

Pioneros, valientes, lucharon por ser libres en un Cáceres oprimido, donde supieron ganarse el respeto de todos. Juan Manuel Domínguez Sierra, El Bola, o Luis Francisco Declara Gómez son solo algunos ejemplos de los que labraron el camino en favor de los derechos

Juan Manuel Domínguez Sierra en una imagen captada en el Paseo de Cánovas.

Juan Manuel Domínguez Sierra en una imagen captada en el Paseo de Cánovas. / Rufino Vivas

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

A Juan Manuel Domínguez Sierra todos lo llaman Bola, mote que le pusieron en el colegio por sus kilos de más. Un buen día, justo al volver de la mili en Barcelona, el tímido y algo retraído Juan Manuel tuvo la valentía de hacer de Bola un personaje. Así que en 1982, y después de pinchar en Rita, Faunos y Tope Wana, entró en LaBotika, mítico grupo teatral cacereño, de la mano de Marce Solís. «Casi todo eran chicas, menos Marce, Vicente Pozas, Manolito, el marido de Guadalupe Mostazo, y yo», recuerda.

Desde entonces Bola fue la cara de LaBotika, protagonista de exposiciones, alter ego de la exalcaldesa Carmen Heras, y desde 2021 tiene una calle que de forma simbólica le dedicaron detrás de la ermita de San Blas, hasta que el pleno de Cáceres la aprobó de manera definitiva. Bola, hijo de Juana y de Manuel, fue el segundo de tres hermanos. «Mis hermanos son normales y corrientes. Yo no soy normal ni corriente, aunque, eso sí, siento que la gente me quiere», suele comentar a menudo.

En honor a la verdad hay que decir que si hoy El Bola tiene una calle es gracias al concejal David Holguín. En 2019 en una entrevista con este diario hablaba así de los pioneros del colectivo: «A ellos hay que decirles gracias, pero gracias con mayúsculas. Al fin y al cabo estamos aquí, disfrutando de nuestros derechos, gracias a toda una trayectoria histórica que arranca antes de la Transición. En Badajoz, en la sede del Meiac, hubo una cárcel para homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales. Y eso ocurrió aquí, en esta tierra. En la Transición hubo mucha gente que decidió dar el paso, con todas las críticas, las circunstancias y la idiosincrasia de capitales de provincia. En Cáceres, sin ir más lejos, El Bola supuso un antes y un después. ¿Qué hubiera ocurrido en esta ciudad sin El Bola? Nunca había salido a la palestra alguien con esa valentía que tuvo en los años 80 para marcar el pulso y el ritmo que hoy se traduce en que cada uno de nosotros vivimos con libertad nuestra sexualidad».

Fue el comienzo. El final de esa frase se bordó con la libertad de poner una calle al Bola en homenaje a todo el colectivo. «Estoy orgulloso de que me la hayan puesto. Y dar las gracias a mi padre y a mi madre, que fueron los que me enseñaron a ser como soy», dijo entonces El Bola emocionado, sin perder el recuerdo a quienes antes que él enarbolaron la lucha. «Me hicieron tener la fuerza para salir del armario; ellos han sido mis referentes y también deberían tener su homenaje».

Entrevista a Declara en septiembre de 1995.

Entrevista a Declara en septiembre de 1995. / EL PERIÓDICO

Entre ellos, Luis Francisco Declara Gómez, quien durante tantos años fue cocinero en el restaurante El Pato de la plaza Mayor. Nacido el 4 de octubre de 1945, trabajó primero en la cocina del Lidia y de allí se fue al Pato, donde hizo famosos sus filetes de perdiz.

Luis tuvo tiempo para viajar a países exóticos y hacer sus pinitos en el mundo del espectáculo y la farándula. Aquellos fueron los años en los que Cáceres abrió su único cabaret: el Lido Extremadura, donde Declara entró en contacto con un ballet de Sevilla y recorrió media España.

Referente para muchos, él no olvidaba la noche en que conoció a Bibiana Fernández, cuando la artista actuó junto a Juanito Navarro en el Astoria. Luis ocupaba «el palco del señor obispo» y Juanito Navarro le tiró algunas indirectas, hasta que Bibiana (entonces Bibi Andersen) le sacó de inmediato a bailar. Al terminar la función, se dirigió al camerino, se hizo fotografías con la actriz y a menudo le mandaba ramos de flores. Fraguaron una bonita amistad.

Inolvidable Bola. Inolvidable Declara. Valentía, respeto, diversidad... pioneros de unos derechos que supieron bordar en la bandera de su libertad.

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