El blog del cronista

La Orden de San Francisco en el Cáceres medieval

Santos Benítez Floriano

Santos Benítez Floriano

En el Archivo Histórico Municipal de Cáceres existen cinco documentos de los siglos XIII-XV relacionados con la Orden de San Francisco de la Provincia de Santiago, a la que pertenecía Cáceres.

Dicha Orden fue creada por San Francisco de Asís en el año 1209 teniendo como fines en su ideario religioso el amor a la naturaleza y la atención y el servicio a los más desfavorecidos de la sociedad.

Estos documentos son anteriores a la construcción del Monasterio de San Francisco de Cáceres, cuya Bula de fundación fue otorgada por el Papa Sixto IV el 3 de Diciembre de 1472.

Los avatares de dicha edificación son muy conocidos y podemos decir que entran en el terreno de la historia y de la leyenda. Parece ser que en 1471, Fray Pedro Ferrer, fraile franciscano, acompañado de dos frailes de su Orden, llegó a Cáceres con el objetivo de fundar un Monasterio, pero los regidores de la Villa no lo autorizaron alegando que en el Fuero Latino se prohibía ceder bienes raíces al clero regular de cualquier Orden que fuera: “ordenados, cogollados y a los que renuncian al siglo”.

Pero ocurrió un hecho, que Fray Pedro necesitaba herrar su montura, no tenía dinero y se encontró con un noble de Cáceres, Diego García de Ulloa, apodado “El Rico”, que le dijo que le diera una moneda contestándole que no tenía, el fraile insistió en que se la buscara en la faltriquera y metiendo su mano encontró una moneda exclamando: “¡Este fraile es milagroso!”. Desde aquel momento Diego se convirtió en mecenas del proyecto y le ayudó a convencer al Concejo para que dicha edificación se pudiera alzar.

Se le cedieron unos terrenos, extramuros de la Villa, al borde de la calzada romana conocida como Vía de la Plata, junto a la Ribera del Marco y en 1472 los franciscanos empezaron a edificar el Monasterio con las limosnas aportadas por el pueblo de Cáceres, sobre todo los nobles, sobresaliendo la aportación de Don Diego García de Ulloa y su esposa, la Orden Franciscana, los Reyes Católicos, Don Pedro González de Mendoza, Arzobispo de Toledo, Don Iñigo Manrique de Lara, Obispo de Coria, etc.

Es un edificio de una majestuosidad y proporciones que nada tienen que ver con la austeridad que siempre ha caracterizado a la Orden Franciscana.

En los claustros y capillas en espectaculares panteones reposan las familias más importantes de Cáceres: Ovando, Golfín, Ulloa, Figueroa, Rocha, Carvajal, etc.

El edificio ha pasado por muchos avatares a lo largo de la historia, siendo Monasterio, Cuartel, Hospital, Casa de Misericordia, Hospicio y Colegio-Residencia de menores con problemáticas familiares. Desde 1980 es la sede de la Institución Cultural “El Brocense” de la Diputación Provincial de Cáceres que viene desarrollando una ingente labor en pro de la cultura en los municipios cacereños.

Vamos a analizar los cinco documentos. El primero que tenemos de la Orden Franciscana y Cáceres es una Carta abierta de Sancho IV (catalogada por Floriano Cumbreño con el nº 16), dada en Soria el 25 de Febrero Era de 1323 (año 1285), por la que se concede a los frailes de la Orden de San Francisco de la Provincia de Santiago, privilegios y exenciones para sus personas y conventos, colocándolos bajo el amparo y protección real.

El segundo es otra Carta abierta de Sancho IV (catalogada por Floriano Cumbreño con el nº 20), dada en Medina del Campo el 22 de Octubre Era de 1329 (año 1291), confirmando la anterior referido a los privilegios y exenciones a los frailes franciscanos de la Provincia de Santiago.

El tercero es una Carta abierta de Fernando IV (catalogada por Floriano Cumbreño con el nº 27), dada en Medina del Campo el 30 de Abril Era de 1330 (año 1301), por la que concede privilegios y exenciones a los frailes de San Francisco de la Provincia de Santiago, señalando “que excusa a los franciscanos de todo pecho, fonsadera, pedido, facendera, martiniega y toda clase de servicios, menos de la moneda forera, quando acaesciere, de siete en siete años”.

El cuarto es una Carta plomada de Juan I (catalogada por Floriano Cumbreño con el nº 65), dada en Burgos el 12 de Agosto Era de 1417 (año 1379), por la que se conceden privilegios a los Franciscanos de la Provincia de Santiago.

La última, es una Carta plomada de Enrique III (catalogada por Floriano Cumbreño con el nº 77), el 28 de Mayo de 1404, confirmando el Privilegio de los Franciscanos de la Provincia de Santiago.

La huella franciscana en Cáceres recorre toda la ciudad y aún hoy perduran muchas construcciones, recordemos el monasterio de San Francisco, la ermita de San Antonio del Barrio, el oratorio-enfermería de San Pedro de Alcántara, el convento de Santa Clara, etc.

La Orden Franciscana supuso un revulsivo importante en la arquitectura religiosa de la Ciudad Monumental de Cáceres y su entorno, habiendo contribuido notablemente al desarrollo urbano de la zona antigua cacereña.

La influencia franciscana siempre ha sido muy notable en la vida social de la ciudad, nos recuerda el investigador Francisco Acedo que “El Guardián de San Francisco era el director espiritual del Concejo, por lo que todas las decisiones que se tomaron desde 1472 hasta su expulsión en 1838 pasaron por sus manos, incluso los propios sacerdotes seculares, dejaron de confesar y los únicos que confesaban eran los padres franciscanos”.

Hasta 1548 el Monasterio de San Francisco dependió de la Orden de Santiago y a partir de esa fecha se creó la Orden de San Miguel a la que pasó Cáceres con todos sus conventos.

El autor es Cronista Oficial de la Ciudad de Cáceres.

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