Crítica Teatral

Espectacular e insólita 'Discreta enamorada'

Muy meritoria la dirección de Luis Homar y de su hábil equipo técnico

Una escena de 'La discreta enamorada'

Una escena de 'La discreta enamorada' / Jorge Valiente

Miguel Fresneda Corchado

Por tratarse de una comedia larga y compleja del popular e innovador comediógrafo y buen poeta barroco Lope de Vega, se desarrolló en el Gran Teatro, con un inicio sorprendente por muy anticonvencional, como vestirse en un escenario desnudo de decorados, pero atestado de atrezzo, que fueron colocando sobre la marcha. 

Se trató de una trama de enredos amorosos, en la que la joven Fenicia se prenda de un galán por encima de las trabas maternas que la enjaula cual novicia, pero ella va seduciendo al joven, que sufre iguales ataduras paternas; se deslizan veladamente críticas contra esas actitudes represoras familiares, pues sus respectivos progenitores caen en lo que critican enamorándose mutuamente. Se suceden otros emparejamientos, que suscitan celos y envidias en la pareja principal, que alimentan su amor, conformándose una tela de araña de amores y desamores, cuyo desenlace sólo llegará casi al final de la enrevesada comedia, tras unos engañosos cortejos de pretendientes disfrazados. 

El ritmo impuesto fue trepidante, marcado por el ágil movimiento de las distintas parejas, que escalaban y bajaban por el elevado artefacto metálico de varios pisos o de la plataforma central, que con cortinas y lámparas movibles simulaba ser la casa de la protagonista. Todo envuelto en unos hermosos diálogos bellamente versificados con sonoros y sentenciosos versos lopescos, bastante bien recitados, aunque a veces acelerados. Pero en general la interpretación actoral fue muy suelta y con buena caracterización, ayudada por un estilizado vestuario muy adecuado y modernizado. 

Muy meritoria fue la dirección de Luis Homar y de su hábil equipo técnico, que supo mover y transformar continuamente tan variado tinglado escénico, que inopinadamente se convertía en una sala de fiestas, con bailes alegres y modernos, como al espectacular y festivo final, que el público acompañaba con rítmicas palmas y con una muy prolongada ovación final, valorando así, muy efusivamente la Gran actuación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. 

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