Cáceres busca ser un destino ‘family friendly’

Cáceres puede ser visto a los ojos de los niños como un gran parque temático medieval: otear la ciudad desde la atalaya del Bujaco, bajar a las tinieblas de los aljibes, sentirse caballero sobre las almenas del Baluarte de los Pozos, patrullar como centinela un tramo de muralla, comprender el significado de las estructuras albarranas, imaginarse cual arquero lanzando una flecha por una tronera o entender esa defensa morbosa de la ciudad desde los matacanes a base de agua y aceite hirviendo. ¿Pero está Cáceres preparado para hacer las visitas del patrimonio atractivas a los niños y adolescentes? ¿Tienen otros lugares interesantes para divertirse además de los espacios históricos? ¿Qué les ofrece la ciudad en medioambiente? ¿Qué alternativas hay para proponerles una estancia dinámica y activa?

El turismo familiar es un filón. Muchos padres viajan siempre acompañados de sus hijos, especialmente a los destinos culturales, para que aprendan otras costumbres, sean más tolerantes y se conviertan en futuros viajeros. Ocupan hoteles, acuden a restaurantes y dejan beneficios. Pero suelen buscar algo más que el mero patrimonio para quedarse al menos una noche en una ciudad.

«Los que tenemos hijos y nos gusta movernos a otros lugares sabemos que los viajes se planifican de manera distinta: debes meter en la agenda una ruta en bici, una visita a un jardín botánico, un paseo por un parque agradable, una actividad acuática… Aquí en Cáceres vemos a diario la cantidad de menores que vienen con sus padres, es una ciudad maravillosa para visitar, pero faltan esas alternativas, tenemos los recursos y no los explotamos, hay que aplicar las experiencias que funcionan en otras ciudades no solo para los visitantes, también para las familias cacereñas». Así lo explica la nueva concejala de Turismo y Patrimonio, Raquel Preciados, que se ha trazado una hoja de ruta para hacer de Cáceres una ciudad ‘family friendly’ durante la legislatura.

Se trata de un concepto que se trabaja bastante en Europa e identifica a los municipios agradables y amigables para las familias, con visitas y experiencias para todas las edades. «Lo primero será desarrollar desde el Ayuntamiento de Cáceres una guía de turismo familiar, porque las hay de monumentos, espacios naturales o gastronomía, pero no de ‘family friendly’. Resulta fundamental para que el visitante pueda organizar e incluso ampliar su estancia», señala la edil. ¿Y con qué contenidos? Ahí está la cuestión. La Concejalía de Turismo y Patrimonio ha comenzado a esbozar varios proyectos que espera desarrollar durante la legislatura. Aún hay que concretarlos, dotarlos de fondos y ejecutarlos, pero la mayoría parecen factibles y ya se están dando los primeros pasos:

La Estufa Fría

Las ciudades atractivas suelen tener propuestas medioambientales. Sostenibilidad y naturaleza son conceptos que hoy cotizan al alza entre el público viajero. Pues bien, dentro de los atractivos de la guía familiar quieren incluirse algunos recursos que realmente ya están en marcha, pero no se aprovechan. El primero es la Estufa Fría, reabierta desde 2011 con medio millar de especies de los cinco continentes. Se trata de un invernadero tropical de 500 m² que consigue recrear el clima de los lugares exóticos a través de un sistema automatizado que controla la temperatura, la humedad y la luz mediante radiadores, pulverizadores y focos. Un espacio imprescindible que ni siquiera conocen muchos cacereños.

Hay ‘epitafias’ de las selvas de México y Argentina, ‘cícadas’ de la zona de India o Japón conocidas como fósiles vivientes por ser anteriores a los dinosaurios, ‘carnívoras’ que atraen a los insectos, el ‘laurel tóxico’ con frutos usados por los africanos para cargar sus flechas… «Sin duda, debe ponerse en valor este espacio que ahora se mantiene en perfil bajo, y hay que hacerlo con una buena gestión para convertirlo en destino de turismo familiar». Pero además, recuerda Raquel Preciados, está en pleno Parque del Príncipe, otra zona que por sí misma constituye una experiencia medioambiental con sus fuentes, cascadas de agua, juegos infantiles y la mayor y más destacada muestra de arte urbano en la ciudad, integrada por 27 esculturas de arte contemporáneo que forman el Museo de Escultura al Aire Libre de Cáceres, con firmas consagradas.

Al rescate de Valdesalor

Cáceres ‘vende’ una imagen verde porque tiene 1,9 millones de m² de jardines y 28.522 árboles de 150 especies. El Observatorio de la Sostenibilidad la sitúa como la quinta ciudad española con más espacios de este tipo. Sin embargo, es cierto que las temperaturas estivales le confieren otra fama. «Queremos combatir ese discurso del calor, de que aquí no se puede venir en verano», indica la edil. Y aunque existe un Cáceres verde con parques, 300 fuentes y varias piscinas, falta un atractivo acuático para las familias. Tampoco parece prudente diseñar un espacio con gasto de agua sencillamente porque no sobra en la ciudad.

En cambio, el municipio alberga un recurso hídrico poco aprovechado, el pantano de Valdesalor, «que podría potenciar el turismo de agua dulce, una solución inédita en Cáceres, con barcas y otras posibilidades, cumpliendo siempre las normativas que en este caso haya establecidas». Otros embalses como Valdecañas, Gabriel y Galán o Baños de Montemayor son ya imanes para deportes acuáticos o simplemente para disfrutar de un entorno agradable. En realidad, Valdesalor está calificado como un humedal interior, el mayor de la ZEPA de los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, donde se refugian miles de aves acuáticas, se asientan colonias de rapaces y garzas, y hacen parada las especies migratorias. Los proyectos anunciados durante décadas han resultado fallidos.

¿Por fin la ribera?

La tercera propuesta medioambiental sería la rehabilitación de la Ribera del Marco, que en este caso ya ha sido comprometida por el ayuntamiento como actuación prioritaria. El nuevo Gobierno local reconoce que tras años de planes «no se ha hecho nada», pero ha presentado un vídeo con un proyecto que considera «tangible» para recuperar esta zona con «propuestas ejecutables, sensatas y muy pensadas». Incluye un corredor verde con espacios de ocio, parques infantiles, pasarelas naturales, merenderos y pérgolas para el disfrute de los cacereños y los visitantes, respetando los usos tradicionales. Toda una oferta de relax próxima a la parte antigua.

«No solo hay que dotarla con infraestructuras, sino con un plan de gestión posterior adecuado también a ese turismo familiar», apunta la concejala, «de modo que junto con Valdesalor y el Parque del Príncipe formen esos tres pulmones, ese triángulo fantástico de vegetación y agua que nos permita vender un turismo ligado a la Agenda 2030».

Pozo de la Nieve

Existen otros lugares de interés especialmente curiosos para los niños y jóvenes, que además tienen una estrecha vinculación con el medio ambiente. Raquel Preciados destaca el Pozo de las Nieves, un enclave centenario junto al Paseo Alto. Ya en el siglo XVII la nieve llegaba hasta Cáceres desde Piornal o Béjar y en ese espacio se transformaba en hielo. Estuvo en uso hasta que Joaquín Castel abrió la fábrica de hielo en Aguas Vivas a finales del siglo XIX. En 1692 había que pagar 16 maravedíes por cada libra de nieve (el precio lo establecía la autoridad local). El negocio del hielo llegó a constituir una auténtica industria.

La concejala, también historiadora del arte y técnica en patrimonio, quiere rescatar este pozo de la degradación. Lo ha estudiado a fondo y hace años ya redactó un informe histórico-artístico con datos, cartografía, referencias históricas y fotografías. El espacio se compone de dos edificios, y en el más antiguo, de 317 m², se localiza el pozo de nieve. Su abandono es evidente y el año pasado se vio afectado por un incendio.

«Se puede crear un centro de interpretación o un aula de naturaleza en esta parcela que además es municipal». Sin olvidar que la antigua instalación se ubica en el Paseo Alto, una zona «privilegiada para el esparcimiento de las familias», que puede ponerse en valor «con una programación de actividades», y que alberga a otros elementos patrimoniales como la ermita de los Mártires y el antiguo polvorín (la concejalía también quiere rehabilitarlo).

Todos en bicicleta

Una de las carencias evidentes de la ciudad a la hora de plantear a las familias su estancia, es la falta de un catálogo detallado de rutas en bicicletas para niños, que también debe incorporarse a la guía de ‘family friendly’. Cáceres tiene el mayor término municipal del país, con un 99% de parajes naturales surcados por caminos públicos (cañadas reales, cordeles, la Vía de la Plata…) que atraviesan ermitas, castillos o puentes. El tiempo casi siempre es favorable para una experiencia sobre dos ruedas. Y aunque el cicloturismo para adultos está bastante reconocido en Cáceres, «padres y niños también pueden hacer itinerarios históricos y medioambientales adaptados a ellos, una posibilidad sin explotar», reconoce la edil.

Planetario natural

Cáceres es un planetario natural. Su paisaje celeste figura entre los mejores del Sur de Europa. La poca densidad urbana, la ausencia de contaminación lumínica y atmosférica, el clima (con buena parte de los días sin nubes) y el entorno natural lo convierten en un destino idóneo para el astroturismo. «Constituye un recurso que está por descubrir para el público familiar, queremos introducir en la guía estas experiencias astronómicas relacionadas además con los recintos patrimoniales que alberga la ciudad, y que en algunos casos también son poco conocidos», señalan desde la concejalía.

Este verano se ha dado el primer paso con el programa municipal ‘Entre Palacios y Estrellas’, una actividad de observación astronómica que por primera vez ha permitido disfrutar de las Perseidas desde la Ciudad Monumental, el Campamento Romano de Cáceres el Viejo y las torres de la muralla. «Ha sido un proyecto piloto con 600 participantes, un éxito total, pero sobre todo nos quedamos con el disfrute de los pequeños y con el interés de los adultos por descubrir espacios poco visitados y además en horario nocturno para contemplar el cielo».

Pues bien, «la idea es incluir estas experiencias como paquetes turísticos, establecer algunas citas en el calendario como las Leónidas o las Perseidas, y crear determinados hitos a lo largo del año que atraigan a las familias y demás viajeros para disfrutar de un gran patrimonio y un gran cielo».

La historia, bien contada

No solo hay que ofrecer opciones. También hay que ofrecerlas correctamente. «Tenemos una parte antigua increíble, pero si no se explica de forma amena, puede aburrir enormemente a los niños». Por ello, Raquel Preciados cree que una de la primeras medidas debe consistir en «dar una vuelta al discurso didáctico sobre Cáceres», de modo que al igual que hay guías especializados en distintos contenidos, «también ha de haberlos para los menores, con una pedagogía determinada, con un lenguaje que les atrape».

En este sentido, la edil tiene clara la necesidad de atribuir al Consorcio Cáceres Ciudad Histórica «las competencias de tender puentes con los colegios de Cáceres y poder facilitar este conocimiento de la ciudad a los propios cacereños. Por ejemplo con visitas organizadas desde una perspectiva más divertida, con material didáctico entregado en la oficina de turismo (colorear, leer, seguir pistas…), «y al fin y al cabo con el objetivos de hacerles partícipes de una ciudad medieval», subraya.

Existen otras ideas que ya se van madurando, por ejemplo el «turismo tecnológico» para niños y adultos que se está poniendo muy de moda en ciudades europeas mediante dispositivos al servicio del público. «Tenemos un proyecto entre manos que queremos poner en marcha en Cáceres, de momento no podemos avanzar más», desvela Preciados. También se estudia la posibilidad de dar mayor protagonismo a los menores en los principales eventos de la ciudad, «porque a veces no se les atiende con la exclusividad que merecen en ciertas fechas». 

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