NOTAS HISTÓRICAS

La vajilla y la sopa que frenaron una batalla en Cáceres

En 1810, el mariscal francés Soult exigió a la ciudad más provisiones para su ejército y 300.000 reales. El exquisito regalo de una vajilla de plata valorada en 2 millones de reales, por parte de Don Pedro Cayetano Golfín, así como la invitación a un 'sopicaldino', consiguieron aplacar la tensión

Interior del Palacio de los Golfines de Abajo, gestionado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.

Interior del Palacio de los Golfines de Abajo, gestionado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. / Mario Gonzalez Rey

Cáceres, por suerte o por la sagacidad de sus vecinos, se ha librado de batallas cuerpo a cuerpo en la propia ciudad durante los últimos siglos, a excepción del asalto el Empecinado. Pues bien, en una ocasión muy singular fue una vajilla la que protegió el destino de los cacereños. Ocurrió el 21 de marzo de 1810. Hasta entonces la villa se había librado de ser arrasada por los franceses en la Guerra de la Independencia gracias a la mano izquierda del alcalde, Gómez Becerra (llegó a estar condenado a muerte), y a la actitud de Don Pedro Cayetano Golfín, Marqués de Santa Marta y Conde de Torre Arias, que facilitaba a los franceses los productos de sus dehesas y viñas cada vez que exigían víveres, algo habitual, bajo la amenaza de asaltar la ciudad.

Pero el 21 de marzo de 1810, el mariscal francés Soult exigió más provisiones para su ejército y una compensación de 300.000 reales. De lo contrario mataría a Gómez Becerra, que fue encarcelado. Era una demanda imposible de satisfacer, pero Don Pedro ofreció al militar galo, que estaba hospedado en su propio palacio, los Golfines de Abajo, una vajilla de plata valorada en 2 millones de reales.

La historia cuenta que Soult se dio por satisfecho y además accedió a tomar un ‘sopicaldino’ cacereño con vino para liberar las tensiones del momento. Dicen que una de las tazas, de gran belleza, llegó a manos del propio Napoleón. La Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno tiene publicado un vídeo en el que rememora aquel episodio, y además ha ofrecido el tradicional ‘sopicaldino’ en ocasiones en su Hotel Hospes Palacio de Arenales.