El bombo

Molinos de viento en Montánchez

Antonio Sánchez Buenadicha

Antonio Sánchez Buenadicha

Hace unos días muchos montanchegos se han manifestado para demostrar su oposición a los proyectos de una empresa para colocar molinos de viento en su montaña con el fin de conseguir producir energía eólica. No puede decirse que las personas presentes en esa concentración estén en contra de las energías verdes ni que nieguen que el cambio climático está aquí y es necesario poner coto a la producción de gases nocivos. Simplemente están en contra porque consideran que los aerogeneradores modifican el paisaje y deterioran uno de sus más preciados tesoros.

Ahora bien, debemos suponer que los montanchegos no están dispuestos a renunciar al consumo de energía y vivir en un definitivo apagón por lo que apuestan por las energías renovables pero no en su montaña mas, como los molinos y las placas solares y otras alternativas que puedan surgir han de instalarse en algún lugar,¿ dónde consideran que deben instalarse? Me parece que una respuesta similar darían los tornavaqueños si la empresa decidiera trasladar su proyecto a la sierra de Tormantos y lógicamente debemos suponer que la misma oposición encontraríamos en otros muchos lugares de nuestra geografía a los que la naturaleza les ha regalado paisajes asombrosos dignos de ser preservados.

Está claro que no es suficiente con declararse temeroso del cambio climático ni hablar en general de la necesidad de cambiar nuestras costumbres y apostar por la instalación de alternativas energéticas porque todo eso está en la mente e incluso en el lenguaje de la mayoría de la población pero resulta que cuando se pide una posición activa y una implicación la respuesta es desalentadora pues surgen dificultades tanto en lo individual como en lo colectivo. La intervención del hombre en la modificación de la naturaleza es tan vieja como la humanidad y en muchas ocasiones ha supuesto un beneficioso progreso para ambos aunque también es cierto que muchas intervenciones humanas han producido catástrofes y auguran una más terrible aún. El paisaje montanchego es fruto también de la intervención humana.

* Profesor