Integración a través del arte

La bandera gitana de la plaza Alta

Alumnos del colegio San Pedro de Alcántara de Badajoz interpretan la enseña del pueblo romaní en un mural que han confeccionado en el taller del proyecto Mus-e que lleva el artista José Manuel Gamero

Alumnos y profesores del colegio San Pedro de Alcántara, con el mural de la bandera gitana en la plaza Alta, y José Manuel Gamero.

Alumnos y profesores del colegio San Pedro de Alcántara, con el mural de la bandera gitana en la plaza Alta, y José Manuel Gamero. / A. M. R.

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

El campo verde, el cielo azul y la rueda roja del carro que simboliza la libertad de un pueblo nómada. Siete gitanos cantan y bailan bajo una gran luna e incontables estrellas, al calor de la candela que chisporrotea al ritmo de las palmas. Siete hombres y mujeres (y un perro) unidos por una bandera. Los alumnos del colegio San Pedro de Alcántara, en Badajoz, situado en el corazón del Casco Antiguo, cerca de la plaza Alta, han reinterpretado la enseña del pueblo romaní en un gran mural portátil.

Este trabajo ha sido una actividad del taller que el artista José Manuel Gamero Gil lleva en este colegio dentro del proyecto Mus-e, de la Fundación Yehudi Menuhin, para la integración social a través del arte. Este curso, Gamero propuso confeccionar un mural para el escenario del salón de actos del centro e idearon una composición que fuese «móvil», para que se pudiera trasladar a distintas ubicaciones. De hecho, lo llevaron al Día Mus-e que se celebró en el teatro López de Ayala «para que tuviese visibilidad el proyecto que han desarrollado los alumnos durante todo el curso».

Antes de Navidad diseñaron el boceto que, posteriormente, trasladaron a un gran mural que se divide en cuatro paneles de madera, que se pueden ensamblar y colgar. El contenido es una interpretación de la bandera gitana. «Los niños han sabido darle un giro y el sentido que realmente tiene», explica el artista. Es la bandera internacional aprobada en el primer Congreso Gitano en Londres en 1971 «y que ellos llevan con mucho orgullo como pueblo». Su versión es festiva. Para ellos, según explica Gamero Gil, «ha sido una experiencia muy bonita desarrollar un proyecto que tenga esos colores y esa vida».

Los alumnos trasladaron el mural a la plaza Alta para hacerse una foto. Es la ventaja de su formato, que puede reubicarse. Mientras Gamero cuenta el proceso, varias niñas cantan y tocan las palmas. El mural se ha confeccionado con trozos de papeles reciclados y cartulinas de colores, a modo de mosaico. El resultado se mantendrá en el centro siempre que ellos actúen y se podrá mover con los alumnos, como hicieron en la plaza Alta «que es su barrio, su zona y la representación más cultural que tienen como pueblo gitano en el centro de Badajoz».

Cuatro cursos, una hora a la semana

En el mural han trabajado cuatro cursos, de tercero a sexto de Primaria, cada curso una hora a la semana. Gamero calcula que han participado medio centenar de niños. El resultado les encanta. «Ellos ven el mural muy suyo», apunta el artista, que se muestra a favor de dar a conocer la bandera del pueblo gitano como parte de la ciudad, «y que la gente vea el significado que tiene y ellos mismos se sientan cada día más identificados».

En el trabajo han intervenido también los padres, que han colaborado recortando y pegando. «Queríamos que fuese un proyecto familiar». La integración a través del arte es el objetivo del Mus-e. Estos niños nacieron artistas en otras disciplinas y ahora también en artes plásticas. "Como a la mayoría de los niños, les cuesta, pero responden muy bien y siempre hemos llegado a todas las metas que nos hemos propuesto, que son ambiciosas y ellos saben resolver, después se sienten orgullosos de lo que han sido capaces”.

Narcisa es una de las niñas artistas de la plaza Alta que ha participado en el mural: "he cortado la tela y he pintado”. El resultado «me ha encantado». Esta niña conocía la bandera gitana, pero ésta es más suya. A Julia (le pusieron el nombre por su madrina, pero la llaman Loli por su abuela) lo que más le gusta es la gitana con el vestido de lunares. Echa en falta, sin embargo, «un gitano tocando el piano». «Está muy chulo», añade Jose.

Fefi también ha participado pintando el fuego y uno de los personajes. Le ha parecido difícil. "Nos ha costado un poco, daba mucha pereza poner los papeles porque se pegaban mal". No es tan fácil como parece. A pesar de ello, no les importaría hacer otro mural "porque merece la pena". El de la bandera les gustaría colocarlo en un sitio visible. Samira sugiere «un lugar en el que haya mucha gente para que lo vean, como en la puerta del colegio», se le ocurre. Su colegio con su bandera.