Por segunda vez en la historia desde 1945 la patrona de Cáceres no protagoniza hoy la Procesión de Bajada con la que hubiera dado comienzo el novenario, nueve jornadas que hasta el Día de la Madre, fecha de su regreso al santuario, llenan de júbilo a la ciudad. El desfile es una costumbre que se repite desde el 3 de mayo de 1641, fecha en la que la talla bajó por primera vez desde su santuario ante las peticiones del vecindario en un año de grandes sequías.

En 1928 se aprobó que la Virgen lo hiciera cada cuatro años y en 1945 se oficializó el desfile anual; con él arrancaba el novenario que finalizaba el domingo de mayo coincidiendo con el Día de la Madre. Antes de esta fecha se trasladaba solo a propuesta del ayuntamiento, del pueblo normalmente, y alguna vez por la junta directiva de la cofradía, siempre por alguna desgracia o una plaga.

Los cacereños viven la jornada con nostalgia esta ausencia. A lo largo del día de hoy se han sucedido en las redes sociales decenas de fotografías y videos rememorando el acontecimiento que a causa del coronavirus lleva dejando a Cáceres a oscuras. 

Al menos, desde mañana a las seis hay cultos en Santa María, donde se instalará un estandarte de la Virgen. Eso sí, se celebrará en el santuario una veneración a modo de besamanto. Tendrá lugar los días 30 de abril y 1 de mayo en horario de 9.00 a 22.00 horas. La entrada será por la puerta habitual y la salida por la galería de las vidrieras.